La aerolínea española Air Europa, reina indiscutible en el aeropuerto de A Coruña, aceptó hace días la oferta de adquisición de Turkish Airlines, que asciende a 300 millones de euros. De esta forma, la compañía turca se hará con el 27% del capital de Air Europa. Esta noticia, aseguran fuentes del sector, trae “calma” a Alvedro tras el nerviosismo de los últimos años, cuando el grupo IAG (International Airlines Group, que integra a Iberia, British Airways, Vueling, Aer Lingus y Level) trató de adquirir la aerolínea.
La principal diferencia se encuentra en lo que ocurriría con la oferta en Alvedro si IAG se hacía con Air Europa. La ruta a Madrid, la que cosecha más de la mitad del pasaje de la terminal, es operada por Iberia –y su filial Air Nostrum– y Air Europa. De hacerse efectiva la operación, el aeródromo coruñés habría quedado en una situación de monopolio en su conexión troncal. Volotea, no obstante, se había postulado como alternativa para operar la ruta a Madrid.
“Para Alvedro es una tranquilidad y es una mucho mejor noticia que la absorción por parte de Iberia porque perderíamos competencia y habría monopolio, ya que una de ellas dejaría de operar la ruta a Madrid”, señala el portavoz de la plataforma Alvedro Vuela Más Alto, Alberto Maroto.
Actualmente, Turkish Airlines es la aerolínea que vuela a más países del mundo. Hace años, A Coruña estuvo en su punto de mira. En el año 2016, la aerolínea se dio un batacazo con su conexión entre Santiago y la ciudad turca, después de darle la espalda a Alvedro, pese a que la ruta estaba pensada para operar desde A Coruña e incluso se habían reservado los ‘slots’ para la misma. Maroto cree que la adquisición de Air Europa no recuperará esta idea en Alvedro, ya que “se va a reforzar el código compartido entre ambas aerolíneas, por lo que se facilitará más la conexión vía Madrid”.
En 2016 la compañía cerró la única ruta con Turquía que existía desde Galicia por la baja ocupación de la misma. Este destino siguió sonando, sin embargo, en todas las apuestas de Alvedro años después. Maroto recalca que “el tiempo nos dio la razón y se demostró que era un error haberla operado en Santiago y no en A Coruña, pero hubo un pago generoso en Santiago para que la ruta se fuese allí”.