Las calles de A Coruña reflejaron el ambiente único de la celebración más terrorífica del año

Aunque ya durante todo el fin de semana se celebraron diferentes fiestas de Samaín o Halloween, lo cierto es que la noche más esperada era la de ayer, en la que tocaba echar el resto y poner fin a varios días de disfraces terroríficos, trucos, tratos y demás tradiciones de esta fecha festiva. Por ello, ya desde primera hora de la tarde, fueron muchos los coruñeses que decidieron comenzar con los festejos, que se desarrollaron por toda la ciudad con diferentes eventos programados. Y es que, después de dos años en los que las restricciones por la pandemia estaban muy presentes, ayer se vivió una fiesta que recordaba a las celebradas antes de la aparición del coronavirus.

Había fiestas organizadas en diferentes barrios de la ciudad, para que los más pequeños pudiesen disfrutar de una tarde especial. Y la asistencia no defraudó. En O Ventorrillo, por ejemplo, se desbordaron todas las previsiones, y los caramelos para repartir entre los niños se agotaron rápidamente. Más de dos mil personas se pasaron por la asociación de vecinos para celebrar Halloween, según confirmaron los organizadores. 

También hubo una gran afluencia a la celebración que estaba fijada en  Novo Mesoiro. Allí, más de 3.500 personas disfrutaron de una tarde mágica en la que se repartieron 300 kilos de caramelos en tan solo una hora. El parque Europa y la calle de La Torre también vivieron una jornada especial, en la que tanto los más pequeños como los más veteranos se lo pasaron en grande, en un ambiente ‘terrorífico’.

Además de las fiestas multitudinarias, la de ayer era una jornada con una tradición muy marcada: la de los niños yendo casa por casa para realizar la tradicional pregunta de ‘¿Truco o trato?’. Y A Coruña no iba a ser una excepción a esta situación.

Aunque es algo que se realizó en todas las zonas de la ciudad, lo cierto es que A Zapateira destaca porque, por las condiciones de esa zona, la imagen es muy similar a la que estamos acostumbrados a ver en las películas americanas, al haber numerosas casas unifamiliares. En todo caso, fue un día para disfrutar a lo grande.