Andrés Calamaro volvió a deleitar a sus incondicionales con un concierto en el Palacio de la Ópera, una velada llena de aplausos y de banderas y camisetas de la selección argentina. El cantante interpretó sus mayores éxitos, lo que provocó que la mayor parte de los espectadores se pusieran en pie.
Especialmente una admiradora, que invadió el escenario para abrazar al artista antes de que le invitara a volver a su asiento. Calamaro estuvo acompañado, además de por su banda, por el guitarrista Niño Josele, que ya le ha acompañado en otras ocasiones, que también arrancó muchos aplausos al respetable. Pero no tanto como el argentino, que ensayó unas cuantos pases de muleta como despedida.