La Batalla Naval volvió este año a sus orígenes: el agua. Los fuegos acuáticos acompañaron a los aéreos lanzados desde las Esclavas y la finca de los Mariño. Desde Pirotecnia Xaraiva, la empresa ourensana encargada del diseño y ejecución del espectáculo, sabían hace meses que el resultado sería satisfactorio para todos, ya que estudian cada detalle con diseños en 3D. Pero, además, fue “emocionante”.
Fuentes de la compañía explican que la decisión de incluir fuegos acuáticos partió del Ayuntamiento. “Vieron que era buena idea recuperar la tradición. Esperamos que se pueda seguir manteniendo en próximos años porque da más vistosidad”.
Los fuegos acuáticos, explican, son “muy similares” a los aéreos, pero “se hunden en el agua y al subir producen el efecto que se vio. Es como si quieres tirar un peso pero ese peso lo tiras con un globo; de entrada se hunde, pero lo saca hacia arriba”. Los cañones usados, comentan, son los mismos que los de las Esclavas y la finca de los Mariño, pero “con una inclinación de veinte o treinta grados hacia el mar, además de que hay que cubrirlos muy bien con sacos terreros por encima para que no haga efecto rebote y salga”. El diseño de estos, sostienen, “es complejo”, ya que hay que estudiar bien su duración para que haga el efecto similar a los que se ven en el aire.
El espectáculo, añaden, “fue exclusivo y no se va a repetir en ningún otro sitio. Fue especial dada la importancia de A Coruña y la exigencia fue máxima”. Este año, además, se planificó todo para que la climatología no jugase malas pasadas. “Encontramos una fórmula compatible con el hecho de que haya bruma o poco aire”. Después de 21 minutos y medio, la mayor satisfacción no solo fueron las felicitaciones del Gobierno local, sino "el aplauso de las 100.000 personas presentes".
Desde el Ayuntamiento se indica que “se decidió priorizar el volver a las esencias a la hora de adjudicar los fuegos”. “Es una batalla naval, y por eso tiene pleno sentido que haya fuegos acuáticos”, se indica desde la concejalía de Cultura y Turismo, que es la organizadora. Además, este año se conmemora el 175 aniversario de las fiestas de María Pita, y en una de las ediciones, la de 1883, se levantó un volcán artificial en la isla de los Judíos (después sepultada por el muelle del Este) desde la que se lanzaron fuegos artificiales. Por tanto, los acuáticos tenían en este 2025 más sentido que nunca.