Los baños de A Coruña en los que sube la libido

Los baños de A Coruña en los que sube la libido
La máquina de los baños masculinos de la cervecería Rochester funciona a pleno rendimiento | Quintana

Llamadas a cubrir todo tipo de necesidades, las máquina expendedoras proliferan en la ciudad, hasta el punto de que prácticamente cada barrio tiene un rincón al que acudir en caso de urgencia. Lejos quedan ya las icónicas máquinas con forma de bote de refresco. Ahora son más bien supermercados 24/7, en los que adquirir desde un snack a papel de fumar o lubricante. Y, si de necesidades se trata, la cervecería Rochester apuesta por cubrir las más íntimas: los clientes que acuden al baño masculino tienen a su disposición la famosa pastilla azul del vigor, mientras que los que lo hacen al femenino pueden adquirir un dildo eléctrico. 


La oferta sorprende a los clientes que debutan en el local de Panaderas. Ellos pueden adquirir por cuatro euros un Vigarex, anunciada como ‘la cápsula azul’. Según reza la máquina expendedora, se trata de “un suplemento natural alimenticio que mejora la función sexual masculina” y, además, recuerda que se trata de “la única con registro sanitario en España y Europa”. Eso sí, el distribuidor recomienda dos pastillas para conseguir “efecto pleno”. 


Por su parte, las chicas tienen a su disposición el ‘Microvibrator’, un estimulador de bolsillo que no deja lugar a dudas en la promoción. “Todo el placer en sus manos”, reza el anuncio, que también califica el producto de “discreto, potente y placentero”.


La privacidad del aseo hace que sean muchos los clientes que se desprendan de los complejo y se animen a probar, sin un perfil determinado de edad, orientación o sexo, según explica la propietaria de la Rochester, Cristina Ceide: “El público que los compra es bastante adulto, aunque también los compran chicas de unos 20 años, muchas de ellas por hacer la gracia”. 


La ecuación entre consumiciones, deseo y ayuda extra en los baños crece a medida que pasan las horas. A más cervezas más curiosidad, por lo que toda ayuda para la libido es poca. “A partir de la una de la madrugada se nota más”, reconoce Ceide, que incluso asesora a algún cliente perdido. “En los últimos tiempos los vibradores venían sin pila, así que alguna señora se acercaba a la barra con el aparato en la mano y decía que no le funcionaba”, añade. A pesar del éxito de las máquinas, y del servicio que éstas ofrecen a los clientes, la propiedad tiene en mente un pequeño cambio en la oferta. “Queremos cambiar a condones y tangas”, advierte. Mientras, como en Matrix, muchos siguen eligiendo la pastilla azul. 

Los baños de A Coruña en los que sube la libido

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