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sábado | 20 abril | 2024
Uno no siempre tiene la oportunidad de compartir un escenario con uno de sus referentes, pero a veces, la vida, pero sobre todo el esfuerzo, te brinda la oportunidad.
Es el caso de Andrea Romero Martínez, que con tan sólo 17 años puede decir que lleva casi toda su vida pegada a un instrumento. Desde los 6 a la flauta y desde los 9 a la gaita, la que le permitió compartir escenario con Carlos Núñez durante su última visita al teatro Colón.
Romero explica que “hace justo un año”, tras el tradicional concierto de Núñez en la ciudad, también en el Colón, se acercó para que le firmase un disco. Sus padres la animaron a que le contase su pasión por la gaita. “A él le llamó la atención, me dijo que le diese mi número para hablar en el futuro y ver si podíamos tocar alguna vez juntos”, comenta.
Así, pudo acompañarlo en una actuación en Viana do Bolo, “justo al lado del pueblo de mi abuela”, pero en aquella ocasión fue un ambiente “más familiar”.
En el momento que Carlos Núñez le propuso que subiera al escenario del Colón con él, apunta Romero que sintió “nervios”, pero, al mismo tiempo, también “ilusión”. “Tocar por primera vez con alguien tan importante, y tan reconocido, es un honor, sentí mucha alegría y nervios”, apunta y añade que, a estas magnitudes, “nunca sabes como van a salir las cosas, nunca había actuado ante tanta gente, la verdad es que fue muy gratificante”.
Compartieron el ‘Entrelazado de Allariz’, continuaron con ‘An dro’ y acabaron con ‘Aires de Pontevedra’.
Una vez acabó la actuación, Romero destaca que la sensación es de “muchísima felicidad”. “Te sientes bien contigo mismo por hacer sentir a tanta gente bien y feliz por algo que te ha llevado mucho tiempo prepararlo”, explica, recordando que “no es sólo subirse a un escenario y decir ‘venga’, es todo el trabajo que hay detrás, de muchos meses”.
Y, precisamente, el trabajo constante es una máxima para el aprendizaje, “porque no todo te puede ayudar el profesor”, señala Romero.
“Mucha parte del trabajo es tuyo, realmente, ensayar día a día, poco a poco y despacio, luego, a la hora de las clases el profesor te puede ir retocando, enseñando cosas nuevas que añadir a las piezas”, pero, “la verdad, es que es un trabajo personal, porque si no hay trabajo detrás, tu maestro no te va a poder ayudar en nada, el trabajo de hacerlo bien es tuyo realmente”, afirma.
Explica que además de Núñez tiene otros referentes como Susana Seivane, pero también en la fusión de estilos, como Mago de Oz. De cara a sus proyectos de futuro, “no descarto nada”, pero sí que tiene claro que “me gustaría seguir en el mundo de la gaita, seguir formándome e ir aprendiendo cada vez más”.
