Alquilar una vivienda en la ciudad es un 42% más caro que hace ocho años

Alquilar una vivienda en la ciudad es un 42% más caro que hace ocho años
La calle de La Franja, situada en la ciudad, es una de las preferidas por los turistas para alquilar un piso | Patricia G. Fraga

El precio del alquiler en A Coruña está cerca de  duplicar el valor que tenían los inmuebles en 2014, hace ocho años. La media de un arrendamiento al cierre de 2022, según el Observatorio de Vivenda de Galicia, es de 575,9 euros, frente a los 403,4 del año 2014. Es decir, alquilar un piso en la ciudad es un 42,7% más caro que por aquel entonces. 


A Coruña es, además, la ciudad gallega con el coste medio más alto y la que más ha incrementado su precio medio con el paso de los años. Le siguen de cerca Lugo y Pontevedra, con un 39,2 y 38,02% respectivamente; Vigo, con un 34,4%; Ferrol (33,4%); Santiago (32,8%); y Ourense, con un 29,4% más que en 2014.
 

Incluso con la tendencia alcistas, el arrendamiento en A Coruña nunca había registrado un coste tan elevado y el sector inmobiliario no tiene previsto una estabilidad en los precios a corto plazo. Son varios los factores que entran en juego, pero la escasa oferta, la proliferación de los pisos turísticos y la necesidad de obra nueva y rehabilitación de viviendas son algunos de los más importantes.

 

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“Actualmente nos encontramos con una escasez de oferta de viviendas en alquiler y una alta demanda, lo que provoca una intensificación de precios. Las últimas modificaciones legislativas, en cuanto a la limitación del 2% del precio de la actualización de las rentas, han provocado un desequilibrio entre los derechos y obligaciones de los propietarios y e inquilinos. Estas medidas son contraproducentes para el acceso a la vivienda de los inquilinos. La función social de la vivienda debe recaer en las Administraciones Públicas, no en los propietarios privados”, asegura la presidenta del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de A Coruña (Coapi), Patricia Verez. 
 

Esta, además, señala que el aumento de la inflación afecta tanto a los inquilinos como a los propietarios, por lo que “hay que garantizar la seguridad jurídica de los propietarios, ya que este es uno de los principales motivos por los que algunos tienen sus viviendas vacías sin ofrecerlas al mercado”.
 

Para tratar de frenar la escasez de la oferta, Verez considera que es necesario aplicar medidas para provocar una contención en los precios: “Pedimos la urgente tramitación de licencias de construcción y de rehabilitación de viviendas por parte de las Administraciones Públicas. Se debe incrementar el parque público y privado de viviendas destinadas al alquiler residencial”. Muchos de los inmuebles que tradicionalmente se destinaban al mercado del alquiler residencial se han trasladado al arrendamiento turístico, lo que ha producido un descenso en el censo de viviendas tradicionales. 
 

“Algunos Ayuntamientos, como el de Santiago y el de Pontevedra, han regulado la actividad de pisos turísticos a través de la inclusión de varios supuestos en su planeamiento. Hay algunas sentencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que avalan que los Ayuntamientos limiten el número de viviendas turísticas”, comenta la presidenta de Coapi, a la vez que señala que “desde el ayuntamiento de A Coruña no se ha anunciado nada en concreto sobre este tema. Lo cierto es que cada vez hay más y que tendrían que tener una regulación específica”, concluye Verez. 
 

Alquilar una vivienda en la ciudad es un 42% más caro que hace ocho años

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