Un nuevo accidente en la ronda de Camilo José Cela aviva la indignación vecinal

Un nuevo accidente en la ronda de Camilo José Cela aviva la indignación vecinal
El muro accidentado en el número 7 de la ronda de Camilo José Cela | Quintana

Tres personas, una de ellas menor de edad, resultaron heridas en la madrugada del viernes tras colisionar con su vehículo contra una farola y destrozar un muro en el número 7 de la ronda de Camilo José Cela, en A Coruña. El suceso se produjo sobre las 03.00 horas y despertó, además, un fuerte olor a gas en la zona. Varios particulares alertaron al 112, que dio aviso al Servicio de Urgencias Sanitarias de Galicia, a los Bomberos de A Coruña y a la Policía Local. 


A su llegada, los Bomberos neutralizaron, con ayuda de técnicos de la empresa de Emergencias de gas, la fuga que se había producido por la rotura de una tubería debido al impacto del coche. Por ello, varias viviendas tuvieron que cortar el suministro. Los dos adultos fueron trasladados al Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), mientras que el menor fue atendido en el Hospital Materno.
Este accidente ha despertado de nuevo la indignación de los vecinos de Matogrande, que llevan años solicitando una barrera de protección en la acera de esta zona para evitar males mayores.

 

Peligro para los peatones


En este tramo, las salidas de vía no son extrañas y son varios los coches que han invadido la acera desde hace más de un año, afortunadamente sin coincidir con el tránsito de peatones. Desde el número 7 de Camilo José Cela, que esta madrugada recibió el impacto del coche en su muro exterior, y otras viviendas colindantes, reclaman urgentemente la instalación de una valla que aporte seguridad a los viandantes. “En este chalé hay niños pequeños que, si hubiese sido a otra hora el accidente, podrían haber estado jugando en el jardín”, relata un vecino de Matogrande sobre el inmueble siniestrado. 


El presidente de la entidad vecinal del barrio, Esteban Velasco, recuerda que hace un año y medio reclamó personalmente al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que instalase una barrera protectora para los peatones en esa vía, que se corresponde con la AC-10. La contestación no tardó en llegar, exponiendo que se valoraría la medida, pero a día de hoy no ha habido ningún avance. “Un día de estos pasará algo, y cuando pase, será tarde. Con que ocurra un día a la salida del colegio o a la entrada ya tenemos problema asegurado”, explica.


Ya en 2021 los residentes del barrio relataban la situación, que supone un “peligro diario”. “La gente que cruza por el paso de peatones –que se encuentra en esta zona, en la que también hay una marquesina de bus– se enfrenta a un peligro diario, porque aunque la velocidad marcada es de 50, los conductores pasan a 90 kilómetros por hora”, criticaba por entonces el dirigente vecinal. 


En estos accidentes, por el poco espacio que hay y la propia configuración de la vía, los coches terminan invadiendo la acera, por lo que los vehículos podrían llegar a atropellar peatones en caso de accidente. “En estos accidentes que hubo, si llega a haber alguien esperando para cruzar, el coche lo habría matado”, señala. “Hay dos o tres accidentes al año en este tramo, que no terminan empotrados contra un muro pero sí invaden la acera”, relata otro vecino del barrio, que urge al Estado a actuar. “Hay un semáforo donde cruzan niños y los coches no respetan la velocidad. Hay una marca de neumáticos, sin exagerar, de doce metros”, concluye.

 

 

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