Adrián, el último bebé coruñés que vio la luz en pleno apagón

En las trece horas que duró la emergencia energética, la ciudad registró cinco nacimientos
Adrián, el último bebé coruñés que vio la luz en pleno apagón
Marcos, Adrián y Eva, en el Materno / Cedida

El primero lo tuvo en pandemia y el segundo en medio del gran apagón que paralizó el país. Eva Raso dio a luz al último de los cinco pequeños que nacieron en A Coruña en las trece horas que duró el corte del suministro eléctrico. “Non teremos máis, se non a saber que pasará”, bromea desde una habitación del hospital Materno-Infantil.  


Adrián llegó a las 23.57 horas del lunes, aunque su nacimiento estaba pensado para mucho antes. Y es que Eva, que se puso de parto pero no progresaba, iba a empezar con la inducción a las 12.30 horas, justo en el momento en el que se bajaron los plomos en toda la ciudad. Rápidamente entraron en acción los generadores, pero por precaución esperaron para provocar el parto.  


“Como non se sabía todavía canto ía a durar e como ía a ser a situación, dixéronnos que ían a usar a enerxía para os quirófanos e quedamos así un pouquiño en stand by”, cuenta Eva Raso. 


Cuando la situación se estabilizó y los protocolos se activaron, continuaron con el proceso de parto. “A inducción foi ben, con normalidade, pero estaba o hospital medio a oscuras e non podías usar o baño. A verdade é que foi unha situación rara”, reconoce la madre de Adrián, que pesó 3,960 kilos. 


Lo que peor llevaron Eva y su marido, Marcos Morás, fue no poder hablar con su familia. “Levamos mal o de non poder comunicarnos porque nós temos outro neno pequeno, que nos quedaran con el, e non podiamos nin dicir como estabamos nós nin preguntar como estaban eles. A miña nai estaba moi nerviosa e quería saber se estabamos ben”, cuenta. 


Si algo quiere agradecer Eva fue la atención recibida por el hospital. La califica como “excepcional”, ya no solo por el parto, sino porque en todo momento les transmitían la información de la que se iban enterando. “Eu non progresaba pero como ía facelo se estaba máis preocupada polo de fóra que polo de aquí”, asegura la madre del pequeño.

 

Un reducto de normalidad

Adrián fue el último de los cinco niños que nacieron en los hospitales coruñeses durante el apagón. El lunes al mediodía vinieron al mundo dos bebés en el Maternidad HM Belén, uno de ellos por cesárea. Poco después, entre las 17.00 y las 17.30 horas, dos pequeños más vieron la luz en el Materno


“Aquí era como un reducto de normalidad”, asegura la matrona del Materno Cristina Valiño, que estaba de guardia el día del apagón. Para el servicio, lo más importante era transmitir “tranquilidad” a las familias para que “la crítica situación que se estaba viviendo” se notase “lo menos posible”. “Creo que lo conseguimos”, celebra la profesional sanitaria. 


Pese a que también lo vivieron con incertidumbre, los generadores permitieron tener la “tranquilidad de contar con una garantía energética” y tanto en el entorno quirúrgico como en la hospitalización se pudo mantener la asistencia. Eso sí, a oscuras, ya que se buscaba ahorrar la máxima energía posible. 


“Al final, la única inquietud que tenían era no poder comunicarse con las familias”, asegura Valiño. Aunque para ella, como matrona, también le ve la parte positiva: “Tener una vivencia más de estar presente en el momento que estás viviendo, en vez de estar contestando mensajes, es maravilloso”.


La luz volvió al Materno pasada la una de la mañana y, con ella, la normalidad. “Como siempre hay un equipo de guardia, nos dio tiempo a poner todo en marcha en ese momento”, indica Valiño. 


En definitiva, a todos les quedará siempre para contar la historia de cómo dieron a luz en un momento de oscuridad. 

Un turno de 24 horas y el compromiso de un sector que suma “otra aventura”

No es un decir. Un día entero se pasaron trabajando profesionales como Cristina Valiño, matrona del Materno de A Coruña. “Entré a las ocho de la mañana del lunes y salí a la misma hora del día siguiente”, cuenta tan tranquila. Reconoce que fueron horas “intensas” y también de “incertidumbre” para todos los profesionales, pero volvieron a demostrar su “compromiso y responsabilidad”. “Había compañeros que no estaban de turno y aparecieron para ofrecerse”, aplaude la matrona. Después de experiencias como el covid, los sanitarios ya no se asustan ante las emergencias y suman “otra aventura” a su colección.

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