El 91% de las incidencias registradas en túneles ocurren en el de La Marina

El 91% de las incidencias registradas en túneles ocurren en el de La Marina
Un vehículo accede al interior del túnel de La Marina | javier alborés

Todas las grandes ciudades tienen túneles y A Coruña no es una excepción: de hecho, ha llegado a depender de manera muy importante de un único túnel, que es de  La Marina. El tritúnel, como lo llama el Ayuntamiento, es la arteria principal que une Monte Alto con el resto de la ciudad y miles de vehículos lo recorren diariamente, lo que explica por qué según las estadísticas de la Policía Local, ese subterráneo acumula el 91% de los incidencias en los túneles de la ciudad, entendidas “incidencias”, como sucesos que han provocado el corte de por lo menos un carril, ya sea un accidente de tráfico o una avería u otro problema.


En total, se registraron 121 incidencias durante el año pasado, y de estos, 111 fueron en el de La Marina, mientras que en el de la plaza de Pontevedra fueron ocho. En los subterráneos de la Tercera Ronda y Eduardo Diz no se registraron más que una incidencia, mientras que en el caso de los de la plaza de Lugo o el de la avenida de Salgado Torres no hubo ninguna incidencia reseñable.


De hecho, el extraño trazado del túnel de La Marina ha incentivado alguno de los accidentes más espectaculares de la ciudad. Su bajo gálibo, que es diferente según la bifurcación, han provocado toda clase de incidentes desde su inauguración en mayo de 2015. La entonces concejala de Movilidad, Begoña Freire, preveía que se convirtiera en una arteria principal de la ciudad, aunque probablemente no creía que se fueran a producir tantos incidentes: solo durante 2016 se registraron varias colisiones, casi todas con vehículos pesados, como autobuses o camiones, que no respetaban el gálibo del túnel de María Pita, de solo 3,5 metros.


Señalización


La concejalía de Movilidad decidió mejorar la señalización en junio, después de varios aparatosos accidentes de este tipo. Las mejoras se realizaron en el interior del túnel, y consistieron en señales pintadas en el suelo, a lo que hay que añadir los carteles luminosos que se pueden encontrar en la avenida de Alfonso Molina y que anuncian en varios puntos el desvío por la avenida del Puerto y el gálibo de los dos ramales del túnel.


Además, se reformó el techo para que el impacto de los coches no arrancara los conductos por donde pasa el cableado, lo que había ocurrido en un par de ocasiones y que obligaban a cortar el túnel durante horas para llevar a cabo las reparaciones. Gran parte de los problemas los provocaban los conductores recién llegados que ignoraban este problema, así que el Ayuntamiento habló con la compañía del GPS. Entre eso y la mejora de la señalización, la gravedad de los incidentes se ha reducido mucho. Los camiones que se equivocan de vía y no pueden desviar a O Parrote se detienen y tienen que esperar a que la Policía Local aparezca para cortar los carriles y permitirles maniobrar marcha atrás, lo que provoca algunas de estas incidencias.  


Por otro lado, el tritúnel es uno de los que más mantenimiento necesitan, y periódicamente se cierra en horario nocturno para proceder a reparaciones. No hay que olvidar que la estructura se construyó sobre terreno ganado al mar y tiene que soportar las filtraciones. Teniendo en cuenta estos factores, es fácil entender por qué es el túnel más problemático de la ciudad. 

El 91% de las incidencias registradas en túneles ocurren en el de La Marina

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