El PP va a sancionar a Álvarez de Toledo por no haber seguido la disciplina de voto en la elección de los nuevos jueces del Constitucional. Dicen desde Génova que se le tratará como a una diputada más, pero el problema es que Cayetana no es una diputada más. Ella es el disparo fallido de Pablo Casado cuando jugaba a ser más duro que Santiago Abascal y, ahora, tiene que lidiar con esta mujer que puede ser muchas cosas, pero ninguna que tenga algo que ver con sumisa. De entrada, piensa presentar a sus alegaciones y ya avisa de que las hará públicas. Lo dicho, vienen más curvas para el PP.