El barrio de Os Mallos registra más robos en establecimientos comerciales y en coches estacionados

El barrio de Os Mallos registra más robos en establecimientos comerciales y en coches estacionados
Un cerrajero reparó en la tarde de ayer la cerradura de la pescadería de la calle de Europa | javier alborés

En la cabeza de algunos de sus vecinos va afianzándose la idea de que Os Mallos es un barrio peligroso. Lo cierto es que las últimas noticias no son alentadoras: solo en la última semana se conocen varios casos de robos en establecimientos (el último, en una pescadería de la calle de Europa) y tres en coches, curiosamente todos taxis, lo que se añade a otros múltiples incidentes que han generado esa sensación de inseguridad que algunos vecinos sienten.


El presidente de la asociación de comerciantes, José Salgado, intenta matizarlo. “No es que el barrio sea peligroso, y decirlo le da mala imagen”. Aunque él mismo no está libre de problemas: hace cuatro días un individuo que captaron sus cámaras de seguridad se introdujo en el parking público que él regenta y rompió la ventanilla de un taxi estacionado allí, aunque no llegó a llevarse nada. Sin embargo, se sospecha que el mismo individuo robó también en dos taxis que estaban aparcados en el estacionamiento de la estación de tren, y esta vez consiguió llevarse algunos objetos del interior de los vehículos antes de darse a la fuga.


En cuanto a los robos en establecimientos, el método que siguen es el mismo: arrancan el bombín de la cerradura. Es lo que le ocurrió, por ejemplo, a la peluquería “Trucos”, cuya dueña se encontró con el local allanado en la noche del jueves al viernes. “Entraron y fueron directamente a por la caja, pero no había mucho dinero: también se llevaron las maquinillas de afeitar”, explica. En total, 350 euros. El caso de la pescadería “A súa”, en la calle de Europa, es más reciente, y el dueño no había tenido la oportunidad de cambiar el bombín ayer por la mañana, dado que el robo tuvo lugar cuando apenas acababa de comenzar las vacaciones.


Problemas de convivencia

A pesar de esta serie de incidentes, a Salgado le gusta poner las cosas en su contexto: “Esta es una ciudad segura, y el barrio también. Los representantes de las asociaciones nos reunimos con la Policía Nacional y ellos están al tanto de cuáles son los lugares conflictivos”. En muchos casos, como señala el presidente de la asociación de comerciantes, no existe verdadero peligro para vecinos y transeúntes, sino más bien simples problemas de convivencia. “Yo tengo arriba del parking dos tiendas con gente que se dedica a lanzar latas y otra basura por la escalera del aparcamiento o por la rampa. Subo y les digo que no lo hagan. No me hacen caso, pero no son peligrosos”, apunta.


La sensación de inseguridad aumenta por la ocupación irregular, tanto de bajos comerciales como de inmuebles abandonados, que ha vivido el barrio, y que los vecinos relacionan directamente con el aumento de la inseguridad en un barrio que, hasta finales de 2019, había sido muy tranquilo.


Por ejemplo, hurtos y robos al descuido, así como peleas entre los propios okupas, han sido algunos de los incidentes más repetidos. Recientemente, durante un allanamiento en la calle de Diego Delicado, el dueño del bajo que estaban ocupando consiguió expulsar a los intrusos, amenazándoles con una barra de hierro. Por el momento, ha sido un caso aislado, pero temen que pueda repetirse.

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