El sistema de cámaras instaladas en la Vía Prioritaria Vigilada (VPV) se ha convertido en la fuente de multas más importante de la Policía Local. Según las últimas informaciones municipales, los 37 dispositivos diseminados por algunas de las principales calles del centro (como la avenida de Oza o Juan Flórez) ya detectan 60 sanciones diarias, casi el doble de las que lo hacen las cámaras instaladas en La Marina, que hasta ahora se habían revelado como la mayor trampa para infractores desde que se pusieron en marcha, en abril de 2017.
A pesar de que los visores de la VPV no se pusieron en marcha sino semanas después de que diera comienzo la campaña contra doble fila, existían grabaciones, que comenzaron a ser visionadas por dos agentes a mediados del mes pasado. La labor de los policías será observar las grabaciones de las cámaras de vigilancia, comprobar que, efectivamente, detectan una infracción y cursar la correspondiente denuncia. De esta manera, se evitará que el alto número de sanciones (se elevaron a más cuatro mil en veinte días) llegue a desbordar la capacidad de la Policía Local, que es la que tramita directamente las multas de tráfico. Por otro lado, existe un plazo de hasta tres meses para la tramitación de estas multas, por lo que ningún infractor se librará de la sanción.
CIFRAS | ||
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37 SENSORES | 4.200 DENUNCIAS | 35SANCIONES
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Un hito
Aunque el número de multas pueda parecer muy elevado, lo cierto es el número de sanciones de las cámaras de La Marina fue mucho mayor durante 2017: la media fue de 150 al día, lo que marcó un hito en la ciudad. A pesar de que durante meses se estableció un retén de acceso de la Policía Local para desviar el tráfico de superficie y que se señalizó la zona exhaustivamente, los conductores seguían ignorando el túnel de La Marina y seguían su marcha en línea recta. La Policía Local sospecha que muchos de los infractores eran (y siguen siéndolo) visitantes ocasionales, que no vivían en la ciudad, sino que eran pacientes o familiares se dirigían al hospital Abente y Lago.
El resultado fue que la avenida de Montoto, en La Marina, se convirtió en un verdadero coto de caza de infractores. En esos ocho meses, se llegaron a acumular más de 36.000 multas, lo que disparó el número de infracciones con respecto a otros años. Sin embargo, durante el año pasado el número cayó casi un 48%, superando las 22.000. Aún así, eso significa que de media cada día se imponían 60 multas en ese punto de la ciudad.
Las cifras de este año indican que las sanciones en La Marina han vuelto a caer en más de un 40%, lo que permite suponer que incluso los visitantes ocasionales han aprendido a desviarse hacia el túnel y dejar la avenida de Montoto al transporte público y a los pocos particulares con permiso para circular por esa vía.
Es de esperar que las multas generen el mismo efecto en la doble fila. El Ayuntamiento siempre aseguró que el objetivo no es sancionar, sino disuadir, pero no cabe duda del efecto disuasorio de multas. “El Gobierno local quiere informar de que no tolerará este tipo de conductas incívicas”, destacaron desde María Pita, aunque indicaron que, gracias al aumento de las multas, “se empezó a observar en las vías una progresiva disminución de la doble fila desde el inicio de la campaña” el pasado 7 de octubre.Ahora que se acercan las navidades, y con ellas las épocas de compra y el consiguiente incremento del tráfico en las grandes zonas comerciales, la Policía Local debe seguir manteniendo la presión para conseguir que no se pierda lo ya conseguido. La alcaldesa, Inés Rey, siempre aseguró que no se trata de una campaña limitada en el tiempo, sino más bien de una política nueva de tolerancia cero contra el aparcamiento irregular que considera un “mal endémico” producto de la permisividad de las autoridades durante demasiado tiempo.
Por el momento, la mayor parte de la presión se ha ejercido sobre el centro, pero la Policía Local no olvida otras zonas, y ayer se pasaron por Os Mallos, donde hallaron varias infracciones.