\“Aquí es a donde volveré yo también cuando me llegue mi turno\”. 21 de agosto de 2003. Manuel Fraga Iribarne confesaba ante cientos de personas su deseo de recibir sepultura en Perbes, al lado de su esposa, María del Carmen Estévez Eguiagaray. 15 de enero de 2006. Momento de cederle el testigo a Alberto Núñez Feijóo al frente el PPdeG. El expresidente de la Xunta reiteraba ante decenas de periodistas su última voluntad. Seis años después, el político de Vilalba ya descansa en el cementerio parroquial de San Pedro.
Eran las 16.35 horas cuando el coche fúnebre llegaba a Miño. Entre aplausos, el féretro con los restos mortales del fundador del Partido Popular entraba en la iglesia, cubierto con la bandera gallega y rodeado de coronas y ramos. Las campanas tañían. La Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense interpretaba el himno del Antiguo Reino de Galicia.
El féretro llegó veinte minutos antes de lo previsto y fue recibido con una cerrada ovación
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría; los ministros Gallardón, Mato y Pastor, el expresidente Aznar y su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el máximo representante del Principado de Asturias, Álvarez Cascos, además de la presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo, esperaban la entrada al templo junto a los familiares, autoridades y amigos más cercanos. También Alberto Núñez Feijóo y todo su equipo. En el exterior del recinto, rodeados de un cordón policial, cientos de personas que, sin contener las lágrimas, honraban la memoria de don Manuel.
El funeral, que oficiaron el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal vilalbés Antonio María Rouco Varela; el arbobispo de Santiago, Julián Barrio, y un sobrino del expresidente, además de otra docena de sacerdotes, se prolongó durante una hora. El momento más emotivo se produjo al término de la homilía, cuando Alejandra, la nieta menor del veterano político, dedicó unas entrañables palabras \“al mejor abuelo del mundo\”.
Uno de los que destacó este momento fue el alcalde de Lugo, López Orozco –que, con Francisco Vázquez, fue uno de los pocos representantes del PSdeG que se acercó a Perbes– quien subrayó las referencias de los textos litúrgicos elegidos, al \“regreso ao lugar de nacemento como o inicio dunha nova vida más aló da morte\”.
Finalizada la ceremonia, el cortejo se trasladó al panteón familiar donde, entre más aplausos, los asistentes despidieron a Fraga con los acordes de la obra cumbre de Pascual Veiga de fondo.