El Ayuntamiento señaló ayer que la aparición de los restos de la muralla que protegía la ciudad en el siglo XVII en la calle Fontán, a raíz de unas obras de mejora de pluviales, no supondrán un problema. No se paralizarán los trabajos, ni siquiera se retrasarán, según las mismas fuentes.
De hecho, se conocía la localización de estas defensas de la época de los Austrias, así que la supervisión de las obras se está realizando en coordinación con la Dirección Xeral de Patrimonio. El trazado exacto se desconoce, pero se sospechaba su existencia en este punto.
Los cimientos es lo único que queda de una fortificación que se mantuvo en pie, por lo menos parcialmente, hasta el siglo XIX, con sucesivas ampliaciones. A día de hoy, cada vez que se penetra en el subsuelo de la pescadería, es muy probable encontrar uno de sus restos arqueológicos.
El Ayuntamiento asegura que se conocía su localización y que no supondrá ningún obstáculo
Lo que sí afectará a las obras de la calle Fontán es la lluvia. La estimación original era que finalizara mañana, pero ahora tardará una semana más. Mientras tanto, la calle continuará cerrada o y la circulación por Padre Feijoo se restringe a un único carril. Además se han suprimido ocho plazas de aparcamiento, seis en la calle Arzobispo Lago y otras dos en la esquina de Padre Feijoo con la plaza de Ourense.