Año nuevo

Despedimos 2013 con un corte de mangas –ahí te pudras, maldito– y le damos la bienvenida más calurosa de los últimos tiempos al año en el que todo va a mejorar. Porque nos parece tremendamente complicado que podamos a ir a peor.
Por si acaso, engullimos las uvas a ritmo de campanadas, pie derecho adelantado –el izquierdo bien escondido bajo la silla– para entrar como debe ser en el año, y dejamos caer con convicción en la copa de cava el anillo de oro recién prestado por una madre al rescate. Y como somos de naturaleza positiva, confiamos en que El Niño nos dé una alegría antes de notar en las carteras las subidas de precios.
Aunque el resquemor macerado durante ese 13 gafe y retorcido sigue palpitando dentro de nosotros. Y se nos ocurre que es difícil decidir si resulta más caro salir de casa o quedarse en ella. Si preferimos poner la calefacción o coger el autobús. Encender la luz o conducir por la autopista. Y rumiamos por lo bajo las quejas, ahora que manifestarse nos puede costar un disgusto. Pensamos en los céntimos que irán arañando en el supermercado, en el bar y en la farmacia. El redondeo al alza de las etiquetas de las camisas y los vestidos. Y casi nos dan ganas de volver atrás en el calendario, a ese tiempo antes de que nos confirmasen que llegar a fin de mes va a ser un poco más duro.
Nos viene a la cabeza entonces que los responsables de las noches sin dormir y los bocados de comida atragantados delante del informativo seguirán en sus puestos e idearán otras sorprendentes maldades. Que la vida nueva que pretendemos con este recién estrenado 2014 será un poco menos fresca y flamante y un poco más como siempre en lo que a mandamases se refiere. Se nos empieza a contener la alegría del comienzo.
Alguien nos habla del centenario del inicio de la I Guerra Mundial. Intuimos que no será la última vez que la efeméride se use como argumento en los próximos meses. Para invitarnos a la rebelión o para todo lo contrario. Queremos un cambio, pero no a cualquier precio. Aunque queremos creer que el espíritu de lucha seguirá creciendo. Nadie piense que estamos acabados. Esto no ha hecho más que empezar.

Año nuevo

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