CASTA, CAPOS Y OTROS LÓPECES

Primero “lo primero”: Capo, según el diccionario de la Real Academia Española, es, además de lo que usted y yo sabemos por las películas, el jefe, el que más sabe.
Por tanto, el que más sabe de Hacienda, el capo de la cosa, nos dice que el asunto se arregla rebajando los gastos del Estado, pues van a subir los ingresos, aunque se rebajen los impuestos en una imaginativa reforma que deja a la clase media hecha unos zorros… mejor unas gallinas desplumadas, pues los zorros son los que se reparten un pastel entre el 52 y el 45%
La presunta es: ¿dónde recorta su gasto el Estado? ¿Pagando en negro las obras, como el PP en Génova, o reduciendo camas hospitalarias, centros docentes, servicios públicos?
El capo de los medianos empresarios, aquel que mandaba a los jóvenes a trabajar a Laponia, apuesta por un crecimiento vibrante gracias a uno sueldos de mierda. España es, junto con Grecia y Rumanía, donde hay más trabajadores en riesgo de pobreza, en peligro de exclusión social. Y, ya puestos, digamos que en Galicia peor, pues los salarios están a la cola en relación con el resto del Estado.
El jefe de los fiscales, a quien nombra el Ejecutivo entre los suyos, bendice a su subalterno en Palma de Mallorca, que se convierte en otro defensor de la infanta. No estará de más recordar que la red corrupta de Nóos se lucró gracias al trato de favor de dos gobiernos del Partido Popular y que, en este asunto, están imputados nueve exaltos cargos de Baleares y la Comunidad Valenciana y es que de las dieciséis personas encausadas, diez tuvieron puestos en la Administración. Es justo y necesario añadir que cuando hablamos de Administración hablamos del PP.
Y aquí llegamos a la pregunta del millón: ¿qué pasa aquí? ¿Sufrimos alguna maldición especial? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? Hay una parte de culpa que debemos repartir entre la ciudadanía, pues lo que algunos llaman “casta” sale de la calle, está entre nosotros y llega hasta el Legislativo o Ejecutivo con nuestro apoyo, nuestros votos.
Y, ahí, emboscados entre organismos que no funcionan o que están unidos por vínculos familiares y políticos (pongamos que hablo del Consejo de Cuentas) funcionan en círculo concéntricos como capos, casta y otros lópeces.
Y así nos van las cosas, oiga.

CASTA, CAPOS Y OTROS LÓPECES

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