¿Quién robó las tartas?

Un año más seguimos el debate del estado de la nación, aunque por los datos publicados con menor audiencia y menor interés, los ciudadanos están cansados de palabras y quieren saber que hay de lo suyo. Cuándo se va a crear empleo, cuándo cesaran los recortes y se recuperará el poder adquisitivo de salarios y pensiones o cuándo los bancos ablandaran el acceso al crédito. Derechos y libertades laminados o a punto de cercenar. Y sobre todo eso no hubo ni propuestas ni respuesta. En democracia siempre es saludable el debate, y en este caso uno al año es casi la medida que aguanta  el gobierno, el resto es refugiarse en  no se admiten preguntas, o un enlatado ad hoc en un insensible plasma.
Un Rajoy  pletórico y mitinero tanto en el contenido como en las formas, abrió la campaña electoral de las europeas. Había que insuflar optimismo para movilizar a los suyos, y estos quedaron más contentos. Argumentos de fondo o explicación de cómo y en que plazos pueden cambiar las cosas nada de nada, la herencia recibida es un saco sin fondo que permite una elasticidad sin límite a los que carecen de coraje para gestionar el presente y encauzar el futuro. Dos anuncios para titulares, que analizados quedan sin contenido, como la exclusión de los mileuristas de la declaración de la renta, o la tarifa plana de nuevos contratos a la seguridad social, son solo fuegos de artificio que se apagan tan pronto se analizan.
La pregunta del millón se la hizo Rubalcaba, líder de la oposición: ¿ Sr Rajoy en que país vive Vd.? Poniendo rostro a los problemas que cada día viven millones de personas  en nuestro país, en un discurso de gran realismo social. Al final el presidente del gobierno usa su comodín, las cosas son difíciles y se hace lo que se puede.
La intervención de Rajoy tuvo momentos de  euforia y triunfalismo y el recuerdo  del cuento de Alicia en el país de las maravillas, ese mundo de ficción escrito por Lewis Carroll  pasó por nuestra mente, pero faltó la respuesta a uno de sus capítulos: ¿Quién robó las tartas?
Y ahora un paréntesis de permisividad para disfrutar del carnaval, necesitamos acumular energías para iniciar la cuaresma que  puede ser bastante larga y para una gran mayoría sin poder comprar bula para comer carne.

 

¿Quién robó las tartas?

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