Días atrás tuvo lugar el acto de entrega del XIX Premio Rafael Hervada a la investigación biomédica en el salón de actos del hospital San Rafael, cuya presidenta es la relevante economista Benigna Peña Sánchez, viuda del fundador del hospital, doctor Rafael Hervada Sandéliz, y fiel y discreta conservadora de su memoria y de sus actos. Intervinieron los señores Carracedo, Fernández Corral, Duarte, López Otín, Negreira y Armesto y la señora Farjas.
Llegados a este punto se nos antoja “mortal de necesidad” tener un recuerdo para la figura del doctor Hervada Sandéliz, que fue un eminente médico. Don Rafael había nacido en La Coruña, el 28 de septiembre de 1916, en la calle del Orzán, hijo del célebre doctor Hervada, uno de los coruñeses más humanos que vio la ciudad. Al ser adelantadas las quintas con motivo de la Guerra Civil, don Rafael fue movilizado. Volvió de la guerra y se hizo la carrera de Medicina, que ya había comenzado y realizó el doctorado. Hace cirugía y se especializa en traumatología deportiva. Excepcional deportista de diversas especialidades, monta su clínica en Cuatro Caminos, germen del instituto quirúrgico San Rafael que él mismo funda en 1969. Con la misma, instituye el premio Rafael Hervada. Además, preside el Hércules Coruñés y la empresa Sanal.
Amigo de sus amigos, hasta extremos insospechados, hombre de eterna sonrisa y notable apostura física, fue popularísimo en La Coruña. Fue médico del Deportivo y de la selección española de hockey sobre patines. Era amigo entrañable del expresidente deportivista Antonio González. Don Rafael era el hombre más sencillo, atento, generoso y servicial que uno pueda imaginarse. Cuando creó el San Rafael, con 40 amigos, sin subvención alguna, sólo tenía una meta: crear un fuerte vínculo entre el profesional y el paciente. Está enterrado en San Amaro. La Coruña le debe una calle.