AYUNTAMIENTO-PUERTO: UN DIÁLOGO DE SORDOS

Que el malestar entre ambas instituciones es palpable desde hace mucho tiempo, nadie lo duda, pero que tampoco hay voluntad de entendimiento es cierto. El acoso y derribo que anunció hace unas semanas el presidente de la Autoridad portuaria se constata como un hecho asumido socialmente desde que la Marea se instaló en el Ayuntamiento con la ayuda socialista, para no llegar a entenderse con nadie y viene a ser una realidad, que los propios socios en la oposición también confirman. 
Tanto el Puerto como el Ayuntamiento tienen que dialogar por el bien de la ciudad y no cerrarse en banda creando una falta de comunicación entre instituciones que perjudica a los ciudadanos y deja en mala situación a La Coruña; sobre todo espanta y asusta a los posibles inversores que desean colocar sus activos en lugares tan atractivos como es esta ciudad. Si no hay entendimiento ni garantías del respeto mutuo, malamente puede haber  progreso en los ciudadanos.
La Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento siguen sin entenderse, ni siquiera tienen voluntad de acercar sus posiciones, que son de total intransigencia para dar salida a los proyectos y propuestas. Lo malo de todo este asunto es que la peor parada es la Marea, que tiene que enfrentarse al examen de fin de curso para revalidar el puesto y a este paso lo va a tener difícil de cumplir, si los coruñeses no ven progresos en el ánimo municipal de mejorar sus condiciones de vida. Habiendo por medio sus dimes y diretes con las instituciones, sin olvidarnos de que el propio Ayuntamiento tiene otros muchos frentes abiertos con los demás sectores económicos y sociales de la ciudad.
Por tanto, el equipo que dirige Xulio Ferreiro debe rebajar sus pretensiones y hablar más y mejor de lo beneficioso para la ciudad, planteando medidas progresistas sin cerrarse en banda al dialogo institucional por sistema. Entre esas medidas está un respeto por la Semana Santa, de la que son devotos muchos miles de coruñeses, bastantes más que los votantes del grupo municipal, y debe facilitar por cortesía los medios precisos para el buen funcionamiento de los pasos procesionales, que además atraen al turismo si son eventos bien organizados.
La Marea gobierna por el deseo de los socialistas, que vienen a ser su valedor en el Ayuntamiento. Mientras sus votantes están de uñas con sus dirigentes y en la próxima cita municipal o el partido que dirige José Manuel Dapena retoma el rumbo del histórico partido que todos pensamos deben hacen o su descalabro será total. En definitiva, una cura de humildad vendrá bien a todos los actores, pero de momento tanto el Puerto como el Ayuntamiento están condenados a entenderse dialogando y no a ir cada uno por su lado, haciendo un festín a costa de los coruñeses, porque, al fin y al cabo, son los que van a pagar el pato con sus impuestos.

AYUNTAMIENTO-PUERTO: UN DIÁLOGO DE SORDOS

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