Galicia en agosto

dejó escrito Rosalía que “Galicia é sempre un xardín donde se respiran aromas puros, frescura e poesía... Non hai pruma que poida enumerar tanto encanto reunido. A terra cuberta de herbiñas e frores..., os lixeiros ventos que pasan, as fontes e os torrentes derramándose fervedores e cristaliños...”. La Cantora del Sar ve así a Galicia en “tódalas estacións” del año, pero esta tierra nuestra se manifiesta con más esplendor, si cabe, en verano y singularmente en esta semana agosteña, alegre y festiva.
Parafraseando a Castroviejo, Galicia en agosto es como un inmenso parque de atracciones que convida a ser recorrido con veraniego entusiasmo para gozar del paisaje de ensueño que en los valles y en la montaña, en el interior y en la costa, en el silencio que presiden las aldeas o en el bullicio que reina en las villas y ciudades concentra tanta belleza que jamás pudo pintar artista alguno
De ese paisaje forman parte las fiestas, una genuina manifestación de nuestras señas de identidad, que se celebran en cada rincón del país en torno a ermitas y santuarios bajo la advocación de la Virgen y de los santos patronos. Las fiestas populares convocan a romeros y peregrinos, a devotos y curiosos y las viven con especial intensidad los lugareños en emocionados encuentros y gratas reuniones familiares en los hogares.
El paisaje, las fiestas..., “tanto encanto reunido” que encuentra el complemento perfecto en la gastronomía, tan grandiosa y variada en viandas que son un regalo para la vista, hacen las delicias de los paladares más exquisitos y satisfacen los estómagos más exigentes. El buen xantar puede ser regado con vinos de las denominaciones gallegas que acreditan tanta calidad como los mejores caldos del mundo.
Pero Galicia hoy es más que paisaje, fiestas y gastronomía. Dejó de ser aquella “tierra pobre, habitada por almas rendidas, suspicaces y sin confianza en sí mismas”, que describía Ortega, y ahora es tierra materna y generosa, con personalidad definida por su propia configuración territorial y por el riquísimo patrimonio cultural, con la lengua que la sustenta como pueblo.
Galicia ya no mira atrás para buscar en olvidos y aldraxes pasados la explicación a los males presentes, centró sus afanes en lo que el mismo Ortega llamaba “un proyecto sugestivo de vida en común”. Eso explica la prosperidad alcanzada y la alegría de vivir de la gente que se contagia de manera especial en un día como hoy programado para disfrutar.

Galicia en agosto

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