La crisis del PSOE a 600 kilómetros vista


SI Felipe González es al PSOE lo que el papa de Roma a los católicos; Francisco Vázquez, el coruñesismo hecho hombre, y el todopoderoso Caballero, don Abel, son al PSdeG lo que el arzobispo de Santiago y los obispos de Mondoñedo y Tui juntos a los cristianos enxebres. De hecho, las reflexiones del que fue alcalde y del que todavía lo es son siempre motivo de meditación para los socialistas do país. Ambos han hablado sobre la guerra civil del partido y han sido muy claros. El hijo adoptivo de A Coruña ha dado por disuelta la ejecutiva federal y ha reclamado que se constituya una gestora, mientras que el hijo de verdad ha pedido que el PSOE no sea esclavo de los militantes, pues son “pocos, endogámicos y están fuera de la realidad”. A Pilar Cancela, militante elevada a jefa en Galicia por Pedro Sánchez, no le hicieron gracia las palabras de ninguno de los dos, pero por si no estaba contrariada, Carmela Silva, mano derecha de Caballero, le recordó que ella fue colocada a dedo. Más claro, agua.

La crisis del PSOE a 600 kilómetros vista

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