FERROL, ENTRE EL VASO MEDIO LLENO Y EL MEDIO VACÍO

Tenemos malos hábitos en este país. Uno de los mayores, tal vez, el que establece la diferencia entre ver el vaso medio lleno o medio vacío. Diríamos que, teniendo en cuenta los tiempos que corren tal distinción se resolvería con ver el vaso, simplemente, por la mitad. La adjudicación de un flotel por parte de Pemex a Navantia podría ser un claro ejemplo. Es evidente que el contrato apenas representa una mínima parte de lo que sería necesario para garantizar no solo la ocupación de toda la plantilla de las factorías ferrolanas, al margen de una parte cuando menos significativa del personal de compañía auxiliares, que en número de 3.600 han ingresado en las listas del paro. Que el flotel no iba a resolver la situación ya se sabía, pero el sentido de la continuidad de las demandas sindicales y de los partidos políticos en la oposición no es otro que el de que Navantia, la SEPI o el Gobierno central no bajen la guardia ante la obligación de consolidar contratos cuya envergadura no solo permita el relanzamiento de la depauperada economía local sino que contribuyan a que esta ciudad no acabe convirtiéndose en un páramo. La descalificación no admite en este caso el adjetivo de la gratuidad, aunque es lógico que el partido en el gobierno de la ciudad, de Galicia y del país se felicite por ayudar a despejar una incógnita que, como pocas, ha alimentado los titulares de los últimos doce meses. Si la incertidumbre hizo acto de presencia en el contrato con Pemex fue más por desconocimiento que por el lógico deseo de que el acuerdo llegase a buen fin.
Ahí está, sin ir más lejos, el vaso medio lleno que vio el ministro Cristóbal Montoro al afirmar hace casi un año que Navantia tenía carga de trabajo. La ausencia de noticias y la carencia de las más que reiteradas demandas de explicaciones sobre la marcha de la negociación fueron, por el contrario, las que alimentaron el vaso medio vacío. Aun cuando en el plano político es evidente que la imagen del presidente de la Xunta se ha valorizado al constituirse en el primer titular del Gobierno gallego en alcanzar tal grado de implicación como se ha demostrado, las lecturas que contradecían tal visión triunfalista no dejaron tampoco de nutrirse en las filas de su propio partido, algunos de cuyos miembros, por desconocimiento seguramente, albergaban más dudas que certezas sobre el resultado final. Consustancial al contrato lo es también el hecho de que Navantia recupera la actividad de la construcción civil cuando todavía restan once meses para que finalice el veto comunitario que la restringió. No se puede entender la existencia de dos factorías altamente especializadas en los segmentos civil y militar sin el libre acceso al primero de estos mercados. Como tampoco se puede obviar que es en el ámbito militar en donde mayor peso adquiere la oferta de Navantia en el mercado tanto internacional como nacional. Son ambos frentes los que es necesario no perder de vista si pretendemos que Navantia tenga futuro.

FERROL, ENTRE EL VASO MEDIO LLENO Y EL MEDIO VACÍO

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