La playa de Compostela, en Villagarcía-Carril, sigue contaminada después de una semana; para los de aquí de toda la vida, sigue igual que siempre. Cortegada ardió y los vecinos de Carril tuvieron que apagar el fuego.
Desde que se convirtió en un parque natural, todo se encamina a una debacle no natural; ahora los vecinos ya no pueden disfrutarla, solo se puede llegar a través de un empresa de ocio privada. Arde, y sus habitantes, este viernes, van a reclamar otro régimen para la isla.
Allí tendremos que estar todos, aunque solo sea por la memoria de nuestra naturaleza, que poco a poco nos la están arrebatando.
Empezaron por los ríos convenciéndonos de que restringiendo los cotos a los pescadores todo se solucionaba, pero no es así; cada vez hay menos pesca y los cotos son más caros, pero a nadie se le ocurre vigilar los vertidos de las empresas que arrojan sus deshechos en las orillas, ni hacer una política de cuidado del campo; eso sí, todas las riberas de los ríos, están adornadas con paseos de madera para que todos “disfrutemos” de un civilizado declive de nuestra naturaleza.