Palabras, palabras, palabras

Con motivo de la pasada festividad de los Reyes Magos, muchos políticos de andar por casa –léase munícipes y similar mariachi– hablaron de sus deseos y proyectos. Así, Julio Flores –al que en navidades la juez de turno le dio un buen susto– habló de seguir subiendo la escalera de la recuperación económica y tildó a La Coruña como la ciudad más solidaria de Galicia. Pues qué bien, que predique con el ejemplo y salga a proteger a las decenas y decenas de menesterosos que pululan por la ciudad.
Mar Barcón pidió la recuperación del empleo (que consulte las afiliaciones a la Seguridad Social y verá qué desfeita) y un proyecto de ciudad que devuelva la esperanza (¡tan largo me lo fiáis, señora!). Carril, portavoz bloqueiro, armó la gorda y no tuvo pelos en la lengua. Pidió un gobierno local que deje de ser sectario, elitista, vengativo, festivo y “fandangueiro” y que apueste por la ciudad. Pero, señor Carril, ¿no se da cuenta de que eso es como pedirle peras al olmo?. Por su parte, Santiso, portavoz de EU, le metió otro rejón de muerte al mariachi pepero: “Que el gobierno local centre su política en cubrir la necesidades. No fiestas y obras, sino oportunidades para todos los ciudadanos”. Pero, señor Santiso, observe que estamos en La Coruña, no en el paraíso.
Ya en un plano más humilde diferentes coruñeses significados en el ámbito social hicieron sus peticiones: “Que adelgace la Administración, un gasto enorme, que ya está bien de sacrificar al pueblo”. Pero, hombre, eso ya lo ha arreglado el alcalde aumentado el número de fontaneros. Otro ciudadano dijo: “Deseo que 2014 sitúe la economía al servicio del ciudadano y no como sucede hoy” Y seguirá sucediendo, amigo. Y dijo una dama: “A los Reyes les pido que me reciba el alcalde, que llevo años solicitándolo sin éxito”. Señora es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, así que es mejor que apunte su petición en una barra de hielo y la meta en el horno.

Palabras, palabras, palabras

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