Muertes en el mar

Las viudas del mar continúan aumentando en la mayoría de los puertos pesqueros de nuestro entorno. Siguen contabilizándose las muertes de pescadores y marineros como consecuencia de los riesgos que asumen en una de las actividades más peligrosas y con mayores índices de accidentes de trabajo mortales, según establece la propia Organización Internacional del Trabajo. 

Está demostrado, estadísticamente, que la siniestrabilidad en el sector pesquero entraña una mayor gravedad que en otras profesiones, de ahí la importancia de las acciones preventivas para combatir los riesgos, analizando la seguridad de la propia embarcación y sus medios y por otro el de los propios trabajadores.

Vidas de inocentes pescadores truncadas por la fuerza del mar cuando salen a faenar para poder alimentar a sus familias. Recordar también que otros centenares de cuerpos de marineros se han quedado sepultados en los fondos marinos, sin posibilidad de ser rescatados. Demasiadas familias desgarradas por el dolor y la impotencia.  

Quizás, porque todo hay que decirlo, algunos accidentes mortales podrían evitarse y eso depende de la propia responsabilidad de las autoridades pesqueras, de los colectivos marineros y de los propios pescadores, patrones y armadores que deberían sopesar la posibilidad de no salir del puerto cuando hay aviso de temporal o de climatología adversa para el desarrollo normal y con seguridad de su actividad.  

El luto, en estos días, inunda nuevamente algunos puertos pesqueros gallegos. Tengamos en cuenta de que todas las medidas de prevención que se puedan adoptar siempre son escasas y lo peor de todo es que las muertes en el mar seguirán trasladando demasiada angustia y dolor a numerosas familias. D.E.P.

Muertes en el mar

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