Como si de Pilatos se tratara, la Junta Electoral ha decidido lavarse las manos (y no por culpa del coronavirus) y dejar la pelota del posible retraso de las elecciones gallegas en el tejado de los partidos gallegos. Si hay unanimidad, vinieron a decir, pues hay atraso, si no la hay, pues ya se verá. Y lo peor es que no se sabe si el acuerdo se limita a los partidos con representación en el pazo do Hórreo o si, por contra, hasta el partido vegano tiene derecho a meter baza en la discusión. El caso es que si no se puede garantizar que todo el mundo pueda votar sin riesgo para su salud, no serían unas elecciones muy justas.