PAISAJE DESOLADOR

Hechos  todos los balances, el paisaje no puede ser peor con una gran parte del paisanaje que lo ve todo negro, desde fuera del túnel, y los de  dentro –con la luz apagada por no poder pagarla– ya ni ven.
Tras las declaraciones de Mariano pregonando “la salida de la crisis para este año 14 y el anuncio de la bonanza para el 15”, la realidad de las cifras deja poco margen para la esperanza: alrededor de cinco millones de parados; medio millón de desahucios; millón y medio de familias con todos los miembros en paro; alrededor de setecientos mil jóvenes buscando trabajo fuera y otro millón largo en las listas del Inem junto a sus padres y abuelos.
Y es que el paisaje que nos deja el año de los recortes más graves de la historia, nos muestra una ciudadanía, el paisanaje, más pobre, con peor salud, menos ayudas de las administraciones y en un país donde las desigualdades han crecido.
¡España devaluada!, denunciaba un acreditado economista que razonaba la explicación haciendo un repaso de la actualidad: “Menos médicos para más pacientes con más depresiones. Menos profesores, peor pagados, para más alumnos con menos ayudas. El PIB por habitante se sitúa en el nivel de hace una década. Después de cinco años de la centrifugadora de la crisis, las condiciones de vida se han deteriorado y producen alarma en las instituciones internacionales”.
Este Gobierno, apretando al paisanaje con los recortes en servicios y derechos, consiguió cerrar el círculo: baja el consumo interior, aumenta el gasto farmacéutico y se reduce la inversión en sanidad.
El resumen de todos estos datos nos devuelve  al 2003, según algunos, mientras otros nos empujan a finales de los ochenta, cuando otra gran crisis asoló al país dejando un paisaje similar.
Ya hemos hablado, hasta el cansancio, del paro, los desahucios, las rebajas salariales apadrinadas por el PP y de los recortes en la Universidad, la investigación, la cultura, la ayuda a la dependencia y un largo y trágico etcétera.
En el año recién estrenado queda aún el resultado de políticas nefastas que dejan un país arrasado y un paisaje desolador.
Y es que aquí, pese a todos los cuentos, hasta Feijóo sabe que se hundió el tejido financiero, está “kaput” la industria naval,  cuesta abajo nuestras empresas “de bandera” y más empobrecidos los ciudadanos.
¡Qué paisaje! ¡Qué tropa!

PAISAJE DESOLADOR

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