UN COCHERITO, LERÉ...

Ustedes ya saben que el jefazo Cameron eliminó de un plumazo en Gran Bretaña todos los coches oficiales de uso individual. Incluso los que venían utilizando los diferentes ministros. Ya en Francia, el señor Hollande canceló el uso de los coches oficiales para todos los cargos públicos. Y lo hizo con un práctico argumento: que los interesados se paguen sus viajes, como hacen en sus hogares con la luz, el agua, o los alimentos. Muy bien, pero ¿Y España? juzguen ustedes mismos. En esta piel de toro –mucho mas pobre que Inglaterra y Francia– la partida del Parque Móvil del Estado para 2014, en los Presupuestos Generales asciende a 1,6% del total y alcanza la “simpática” suma de 42,02 millones de euros. Y como la Administración central despilfarra en este orden de cosas, la autonómica, la provincial y la municipal no quieren quedarse atrás y, salvo contadas excepciones, tiran del gasto público y a vivir que son dos días.
Yo sé de pueblos que no llegan a 2.000 habitantes y su alcalde circula en un coche oficial de excepcional cilindrada. Es un hecho constatado que el 90% del coste de los coches de los partidos políticos, de los sindicatos y de los organismos oficiales los paga el contribuyente por medio de subvenciones públicas directas o indirectas
La Sorayita vicepresidenta había anunciado a bombo y platillo un recorte del 53% del número de coches oficiales. Pues bien, en abril de 2013 vicepresidencia tenía ¡42 vehículos! ¿Cuánto cuestan al contribuyente los arreglos de los coches utilizados por los prebostes de las cuatro Administraciones? ¿Y la gasolina, el mantenimiento, la limpieza, los seguros y la amortización de los coches municipales, provinciales, autonómicos y gubernamentales? ¿Y los sueldos de los chóferes, su Seguridad Social, sus vacaciones, sus dietas o las jubilaciones, cuando procedan?
El derroche es claro y meridiano. En España sería imposible ver a un primer ministro en bicicleta, como ocurre en otros estados europeos. En cambio es factible ver a la esposa –o no esposa– de algún gerifalte acudir a la peluquería en el coche oficial de su media naranja.
Y es que la Marca España es mucha marca para una sola.

UN COCHERITO, LERÉ...

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