No dije ayer, sobre el voto “cambiar la ley electoral” sino la Constitución. Una ley se puede cambiar sin cambiar la Constitución. El Partido Popular y el PSOE lo hicieron sin consulta ciudadana. 
La Constitución también establece la separación de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), y los grandes partidos políticos trataron este vital principio democrático como si fuera el reglamento de una casa de putas. 
Intervienen en la formación del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional, Fiscal General del Estado, las Audiencias  y los juzgados, y politizan e influyen en sus sentencias. Formarlos por ley orgánica, no es sinónimo de equidad. 
Lo de que “la ley es igual para todos” es una puta mentira; resulta y está a disposición de quienes los nombran. Acuérdense de la dimisión del señor Torres Dulce. El Poder Judicial debe elegir sus cargos por sí mismo. Es palmario, que él no elige políticos ni gobiernos.