A bombo y platillo

Esta semana dos noticias merecen la atención de los ciudadanos ya que ambas afectan a su vida cotidiana. Y  como los grandes acontecimientos han sido anunciadas a bombo y platillo. En primer lugar  la bajada del paro en 31 personas, presentado como un hecho histórico, que puede cambiar el ritmo de nuestra precaria economía. Claro que lo que no se dicen es que hay cien mil afiliados menos a la Seguridad Social, personas que han dejado de trabajar y cotizar. Unos han perdido sus contratos y otros se han ido camino de la emigración que por cierto, cada mes expulsa del país una media de dos mil jóvenes. Generando con ello un grave problema demográfico y la pérdida de talentos e ilusión para emprender que tanto necesitamos.
Se habla ya de la generación perdida y lo peor es que esto no supone una preocupación para quienes tienen la responsabilidad de gobernar y tomar decisiones. Ese humor negro con el que se pretende encubrir la diáspora juvenil, como un afán de aventura,  poco tiene que ver con la disposición a promover iniciativas que permitan  pensar que la creación de empleo ya no es  una utopía inalcanzable.
La segunda noticia de impacto fue el temido anuncio de la sostenibilidad de las pensiones, otra vez los eufemismos. Se cepillan como era lo esperado, su revalorización automática en función del IPC y además afirman que ni se bajan ni se congelan. Un nuevo zarpazo a los jubilados, que con un suelo de 0.25%, supondrá que una pensión de 600 euros subirá 1  euro al año y una de 1.000 subirá 2.5. Todo un capital para hacer frente a los disparados gastos y necesidades cotidianas. Es mas con este sistema las pensiones actuales en 10 años se habrán devaluado un 20%. Ni las bajan, ni las congelan,  sino que las transforman en algo residual y menguante.
Este es el círculo perverso: Se recortan salarios, pensiones, suben los impuestos, se consume menos, por ese motivo cierran empresas y con ello mas paro y la necesidad de emigrar. Para salir de la espiral e invertir la tendencia hay que gestionar, distribuir equitativamente, ilusionar, e incentivar con imaginación e inteligencia. Destruyendo empleo, castigando a los jubilados que ya no tienen segunda oportunidad y expulsando a la juventud no se atisba  remedio.

A bombo y platillo

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