¿Aguantará o se romperá?

En capítulos anteriores la señora de la balanza tenía ya los dos ojos tapados. Ahora, y ante el caso del señor Moix, que cuando escribo esto todavía dirige la Fiscalía Anticorrupción, doña Justa piensa si romperá con todo y cambia la báscula por un espadón o aguanta tanta merde como se comete bajo su saya y manchando su nombre. 
Otro caso de patriotismo, pues: una empresa en un paraíso fiscal (con un fiscal, ja, ja, ja, como protagonista) que sus papás le pusieron a la familia Moix que, de misa y rosario; de pulsera con la bandera patria, se había ganado, como la de Rato, los Pujol, los Soria y un amplio etcétera, un buen pasar. Jo, tíos ¡Nos han estado robando durante varias generaciones! 
Debe ser cosa del ADN ya que en el PP llevan veinte años en plan familia “nasida para trincar” y siguen recibiendo los votos del veintitantos por ciento de nuestros conciudadanos. Nos llegan las ¿últimas? noticias de las chapuzas del AVE. En el tramo entre León y Asturias, que costó 3.500 millones cuando el presupuesto era –en 2004 – de dos mil.
 Reinaba entonces Álvarez Cascos, pero la juerga, el dislate, siguió hasta anteayer: en 1988 el intrépido alcalde de Vigo, entonces ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, aseguró, al inaugurar las obras de la nueva estación viguesa, que el AVE llegaría ¡en 1993! Y, al poco Manuel Fraga prometía un AVE de media velocidad –para admirar el paisaje– que transportaría mercancías. José Blanco le puso una fecha que criticó Feijóo, quien ahora se contenta con el año 2020. 
La administración gallega en eso de números y cifras está como la Justicia, con los ojos vendados. Así la inversión de la Xunta se rebajó en 54% durante el mandato de nuestro héroe y, el penúltimo ejemplo, lo tienen en el “recuncho” habilitado en lo que fue la Fábrica de Tabacos, que a dos meses de su inauguración aún le quedan otros tantos para que sus señorías paseen por allí sus puñetas…
Creo que ya lo saben, pero les recuerdo que los ciudadanos, en pelotón y de forma mayoritaria, han dicho que no se fían mucho de cómo está colocada la balanza y les cuesta asimilar el caso Baltar –que tiene tan contento a Feijóo– o la lentitud en el caso del expresidente de Murcia, que llevaba años con siete delitos de corrupción “ó lombo”, mientras en el PP enredaban con sus mañas. Claro que una vez ya rompieron a martillazos un ordenador. Repito: ¿Esto aguantará o se romperá?

 

¿Aguantará o se romperá?

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