El plan previsto por AENA para reducir la deuda acumulada en los últimos años debido a las grandes infraestructuras que se ejecutaron en las terminales sigue haciendo saltar las alarmas de todos aquellos aeropuertos que no están entre los primeros puestos de la red AENA. El problema es que todavía no se conocen los criterios que utilizará la compañía para reducir servicios. Como ejemplo, cabe advertir que aunque los ingresos de explotación de Alvedro son menores a los de Lavacolla, ya que este duplica su número de pasajeros anuales, la deuda acumulada es en cambio la mitad.
Mientras A Coruña debe 119,83 millones de euros, Santiago llega a los 293,9, aunque en los aeropuertos más grandes como El Prat y Barajas las grandes inversiones realizadas en la T1 o la T4, respectivamente, suponen 1.699 y 5.527,59 millones de euros de deuda. El lado positivo es que estos aeropuertos ingresan también grandes cantidades por la explotación de las instalaciones, aunque en el caso de Alvedro va a menos con su pérdida de viajeros.
Pese a la caída en los últimos meses, la distancia con Santiago no es tan grandes como se podría esperar atendiendo al número de destinos que hoy en día ofrecen uno y otro. Según la cuenta de resultados de AENA, la terminal de Alvedro ingresó por explotación 10,52 millones, mientras que Lavacolla llega hasta los 26 –Peinador se queda en 9,44–. En cambio, la diferencia es menor cuando se evalúa el resultado final del ejercicio antes de aplicar los impuestos: el saldo de Alvedro es de -9,79 millones y el de Lavacolla, de-7,95, menos de dos millones de diferencia a pesar de contar este último con mayores apoyos autonómicos.
Subvenciones > Y es que el año pasado A Coruña perdió hasta tres vuelos nacionales – Bilbao, Zaragoza, Sevilla–, quedándose solo con rutas a Madrid y Barcelona, mientras Santiago conseguía gracias a 500.000 euros de la Xunta garantizar los vuelos de Ryanair a Fránkfurt, Milán y Londres, este último haciendo la competencia directa a Alvedro que ofrece una ruta a Heathrow. Esta partida fue solo para la “low cost” irlandesa –que suma nueve años recibiendo partidas autonómicas–, pero en realidad los fondos de 2011 para Lavacolla llegaron a 882.000 euros. En cambio, en A Coruña, la Xunta solo logró ampliar unos meses las conexiones estivales a Ámsterdam y París que Vueling ya había comprometido sin repercusión para las arcas públicas.
Por su parte, Peinador es el peor parado en las cuentas, con un resultado de -15,15 millones de euros y una deuda que llega a los 104,88 millones.
De hecho, son sus malos resultados antes de aplicar los impuestos, intereses y amortizaciones (Ebitda) lo que la sitúan a la cola de las terminales de tamaño medio, con 7,7 millones de euros en negativo, solo por delante de Victoria, con -8,7. A Coruña se queda en -1,7 y Santiago consigue unos beneficios de 3,95 millones, antes de descontar los tributos.
Sin peligro > En cualquier caso, AENA insistía ayer en que no peligra ningún aeropuerto y ni tan siquiera aquellos más pequeños, con un nivel inferior a los 500.000 pasajeros anuales, “son un problema para AENA”. Pero Alvedro está muy por encima de esa cifra, y pese a los malos resultados del último ejercicio, logró cerrar 2011 superando el millón de clientes, barrera que se duda pueda alcanzar este año.
Lo que sí hará la compañía aérea es reducir gastos. Todavía no ha explicado claramente cómo lo hará, pero habla de “adaptar los recursos a la demanda existente” en cada caso y asegura que analizará una por una todas las terminales para ver dónde recortar. Aunque desde Madrid niegan una reducción de personal admiten una “flexibilidad y polivalencia” de todos los recursos, incluidas las plantillas. En este sentido cabe destacar que están estudiando con los sindicatos determinados puntos del convenio.
En cuanto a los servicios y recursos, no entran a valorar la posibilidad de reducir los horarios de las terminales –en el caso de Alvedro ya cierra por las noches–, pero tampoco lo descarta. “Está todo por ver”, declaran las fuentes de AENA, que ponen como ejemplo la posibilidad de limitar los servicios de emergencia que hay en las instalaciones. Debatirán la necesidad de una patrulla de bomberos constante, médicos... así como de las asistencias técnicas y de los sistemas de ayuda al aterrizaje que utiliza cada aeródromo.
El objetivo de estas medidas es que la mayoría de los aeropuertos pasen a ser rentables, algo que parece estar asegurado en aquellos que superan los 500.000 pasajeros. Asumen que en otros lugares será imposible que se de esta circunstancia, pero se podrá hacer frente a su mantenimiento gracias al tamaño de la empresa pública, que además, le permite jugar con las economías de escala.
Programa > Para ello, AENA ha diseñado un plan estratégico que ya está en marcha y que se aplicará hasta 2016 “para ser más eficientes”, afirman, aunque parece que el objetivo es sanear las cuentas de la compañía para aumentar su valor antes de privatizarla.
Pese a esta reducción de los gastos se garantiza también la conclusión de las obras que ya están en marcha e incluso se menciona en concreto las de Vigo y A Coruña, que está ampliando su pista de aterrizaje. En cambio, Alvedro todavía sigue a la espera de conocer su nuevo Plan Director, ya que el actual data de 2001.