Un tesoro conservado en “sobrecitos”

Un tesoro conservado en “sobrecitos”
la publicación recoge estampas de la ciudad de principios del siglo xx y de los primeros aviadores

Probó montando un laboratorio improvisado en el cuarto de baño e incluso se hizo con una bombilla estadounidense que acabó por estropearse. Sin embargo, fue un fotógrafo catalán quien le dio la clave: un escáner especial para placas de cristal con las que fue capaz de digitalizar más 4.000 fotografías firmadas por su bisabuelo, el boticario José Villar, más conocido como don Pepe.

Así fue como salieron a la luz imágenes de una ciudad donde el campo de la Estrada, entre el Rectorado y el Cuartel, funcionaba de pista de aterrizaje porque lo verde apenas cogía altura por la proximidad del mar y la extensión era amplia. Su bisabuelo recogió al primer aviador que se atrevió a despegar desde allí, que logró salvar su vida a pesar de caer en el mar en un maremagnum de acontecimientos, los de principios del siglo XX, que su familiar congeló en el tiempo.

El libro “La Coruña. Lugares y acontecimientos de hace un siglo”, que presentó ayer en El Corte Inglés, es el resultado de ocho años de trabajo. En los que Juan Villar conoció a su bisabuelo, que fue muy querido por los vecinos porque además de regentar la farmacia y la droguería, levantó el primer negocio de artículos fotográficos y realizó una labor humanitaria inigualable cuando en 1918 se puso a repartir gratuitamente medicamentos para evitar más muertes por el virus de la gripe.

    EL BISNIETO DEL BOTICARIO JOSÉ VILLAR RECOGE EN ESTA PUBLICACIÓN 130 FOTOGRAFÍAS DE SU FAMILIAR SOBRE LA CIUDAD DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX TRAS DESCUBRIRLAS EN EL DESVÁN DE SU CASA

En este sentido, Juan desconocía que lo que contenía el desván de su bisabuelo era en realidad un trozo de historia de A Coruña. Solo sabía de la existencia de una máquina misteriosa que José descubrió en París y que convertía las dos dimensiones en tres. Cuando Juan decidió entrar en el trastero se topó con miles de placas envueltas en sobrecitos como quien mima un tesoro para que no se pierda. Consciente de su valor. Tal es así que don Pepe llegó a hacer copias.

A falta de electricidad para revelar sus instantáneas, Villar utilizó un candil y expuso cada una de las piezas a la luz guiándose por un cronómetro. Desde 2004 hasta hoy, Juan supo algo más de él a través de las imágenes que robó a aquella sociedad de 1904 a 1920, que usaba sombrero y paseaba por el Muelle del Hierro, una lengua metálica que se asomaba el mar y desde donde se alcanzaban unas bonitas vistas.

La publicación traza un interesante recorrido de 130 fotos por los distintos puntos de la ciudad que el fotógrafo metió en el bolsillo para siempre junto a cinco hechos clave de la época como el naufragio del buque “Diligent”, en el que viajó el primer balón de fútbol reglamentario y probablemente el germen del Real Club Deportivo porque el suceso desencadenó en un partido benéfico y los coruñeses se alineaban desde ese preciso instante para empujar una pelota.

Villar eligió también las fiestas de agosto de 1906 y el entierro de Curros Enríquez, además de la visita de Alfonso XIII y los primeros vuelos. Un tesoro para el que ahora busca una segunda visión. En 3D. Villar señala que ha encontrado la fórmula para que la historia se vea con gafas de cartón pero estudia la posibilidad de que esa máquina extraña que estuvo tantos años aparcada en casa vuelva a hacer magia. Para todos. n

Un tesoro conservado en “sobrecitos”

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