La situación de La Intrusa está dando mucho que hablar: el local de la calle Torreiro ha sido cerrado en varias ocasiones por la Policía Local, que ayer precintó finalmente la puerta. Mientras que las autoridades insisten en que existe una orden de cierre al no estar la declaración responsable (el trámite necesario para abrir) en orden, el propietario, Aitor Neira, niega estar al corriente de nada de esto y ha presentado una denuncia por acoso en la comisaría de la Policía Nacional.
“Nosotros no tenemos ninguna comunicación ni nos han trasladado nada”; asegura Neira que, ante la presencia policial, les reprochó precisamente que fueran ellos los que no presentaran ningún documento. “No me están presentando ningún papel ni ningún acta. Yo les dije: ‘No voy a cerrar porque tú me lo digas’”.
Las autoridades alegan que se trata de un simple tecnicismo, que falta un documento, y que esto puede ser subsanado el lunes en Urbanismo. Pero el afectado niega haber recibido ningún requerimiento. “Este documento puede faltar, y si falta, no pasa nada, pero no me han avisado de nada, y lo normal es que te den un plazo”, protesta. Por eso fue derecho a denunciarlo a la Policía Nacional. Allí atestiguó que los agentes municipales le advirtieron que “Te vas y cierras el local o te echamos a la fuerza”, y que se expresaron en términos parecidos hacia sus clientes, que se encontraban sentados en la terraza.
A pesar de que debía mantener cerrado el local, según las autoridades, el viernes permaneció abierto, aunque con un coche de la Policía Local frente a la puerta.
La Intrusa volvió el sábado 10 a la actividad, después de tres meses de cierre, y el escrito de dos vecinos, uno de ellos del último piso del inmueble, llevó a Urbanismo a prorrogar la orden de cierre por entender que no había solicitado la nueva licencia, algo que ya había hecho en enero y volvió a realizar el martes.