Los mariscadores apenas encuentran bivalvo después de dos semanas alejados de la ría

Los mariscadores apenas encuentran bivalvo después de dos semanas alejados de la ría
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El regreso al trabajo del colectivo de mariscadores no ha sido todo lo bueno que planificaron. El temporal de principios de semana no permitió que se emplearan a fondo en los días de permiso y las cantidades recogidas fueron pocas. Además, tras dos semanas alejados de la ría de O Burgo por el cierre debido a un vertido de hidrocarburos, los autónomos constataron que la alta mortandad continúa ahí y que apenas hay mercancía que valga para la venta y el consumo.
Tras el levantamiento de la prohibición de trabajar en la ría impuesto por la Consellería do Mar el pasado 27 de febrero, que se anunció a finales de la semana pasada, los mariscadores decidieron pedir la autorización para operar entre el lunes y ayer aprovechando “unas mareas buenas”. Las pérdidas de los cinco días perdidos habían alcanzado alrededor de los 25.000 euros y la intención era levantar un poco los ingresos, pero los resultados no han sido lo buenos que se esperaba. “Algo se ganó, y es mejor que estar en casa”, explicó el presidente del colectivo de a pie, Andrés Pena, si bien la media de ingresos fue más baja de lo esperado. 
Según calculó ayer, los 60 operarios pudieron ganar de media “70 euros al día”. Así, el cómputo global fue de entorno a los 25.200 euros porque el mal tiempo en el mar de los primeros días y la alta mortandad de marisco registrada en la ría en los últimos meses pusieron la zancadilla al sector. Aún sin datos generales, Pena destacó que se pudo extraer menos cantidad de la que necesitaban. 
“Hay poca mercancía, sale muy poco”, insistió. Sin ir más lejos, ayer entre 60 personas sacaron de la marea 257 kilos, es decir, poco más de cuatro kilos por individuo. En concreto, se llevaron al pósito “65 kilos de almeja grande y 33 de la mediana, 88 de babosa, 41 de japónica y 30 de berberecho”.
Además, a pesar de la escasez del producto los precios no remontan porque su mejor época –al margen de Navidad y Semana Santa– “está en los meses de julio y agosto” por la subida de la demanda de los restaurantes.

menos furtivos
“La ría está totalmente improductiva, las corrientes no llegan con fuerza y hay mucho lodo”, justificó Pena, para buscar una explicación a la carencia de bivalvo. Después de las semanas que pasaron en casa no se notó ningún cambio que, a lo mejor, “en dos o tres meses” podría haberse registrado. 
En todo caso, los mariscadores insisten en que “si no se limpia y no se planta nueva semilla no va a mejorar nada”. Lo único positivo que ven, dentro de lo malo, es que en esta temporada no se están encontrando con tantos furtivos como era habitual. “Por el día es raro que te encuentres con ellos aunque por la noche siempre bajan tres o cuatro”, comentó el representante. 
La pega es que los ilegales volverán a florecer en verano, coincidiendo con el incremento de la venta a los hosteleros.

Los mariscadores apenas encuentran bivalvo después de dos semanas alejados de la ría

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