Un taller de jardinería destapa las ruinas del pazo de Baldomir del interior de una selva vegetal

Un taller de jardinería destapa las ruinas del pazo de Baldomir del interior de una selva vegetal
la retirada de la maleza permite ver partes del histórico edificio

El escritor Martínez Barbeito en su libro “Torres, pazos y linajes de la provincia de A Coruña”, editado en 1986, calificaba el pazo de Baldomir, ubicado en la parroquia bergondesa de Guísamo, como “uno de los pazos más hermosos de las Mariñas”.

Sin embargo, han tenido que ser los ocho alumnos del taller de jardinería, que organiza el Ayuntamiento de Bergondo, los que con su trabajo hayan rescatado sus ruinas, en parte, del interior de la selva vegetal en la que permaneció desde hace décadas escondido a los ojos de vecinos y visitantes. Y de ese modo comprobar, en lo posible, lo que afirmaba el experto hace ya dos décadas y media.

Ocho alumnos del seminario limpian el solar que ocupa el inmueble, construido a principios del XVIII

Estos “salvavidas” forman parte del taller de empleo conjunto que han organizado, con la colaboración de la Consellería de Traballo, los municipios de Abegondo, Carral y, por supuesto, Bergondo.

 

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Los alumnos, 24 en total, realizan trabajos centrados en agricultura ecológica, instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes, y actividades auxiliares de conservación y mejora de montes.

Cuando fue presentado este taller en septiembre de 2012, los responsables de los tres municipios implicados, José Antonio Santiso, Alejandra Pérez y José Luis Mouriño, indicaban que este proyecto tendría como eje el emprendimiento agrario y la puesta en valor de áreas y espacios naturales.

Las especialidades a impartir se habían elegido después de efectuar un análisis de la realidad de los tres municipios. Una realidad que indica que se está produciendo una incremento en las explotaciones agrarias.

Así el cooperativismo y el desarrollo de producciones ecológicas suponen, para los tres mandatarios locales, una oportunidad real de empleo “mucho mayor que la construcción”.

Otro de los aspectos subrayados por Santiso, Máquez y Mouriño, durante la presentación conjunta que efectuaron, cuando solicitaban colaboración a la Xunta, es que en la comarca existen variedades agrícolas que proliferan poco en la zona y que tienen gran aceptación.

Se referían, en concreto, el tomate negro, el tomate de la abuela o el pimiento de Arnoia. “Son desarrollos que también constituyen posibilidades reales de éxito para los emprendedores”, decían.

Los participantes en el taller, una vez que finalicen el seminario, que tiene una duración de seis meses, recibirán un certificado de profesionalidad. Estos alumnos también podrán realizar oficios como productores ecológicos o centrarse en labores como las de peón agrícola e incluso forestal.

Un taller de jardinería destapa las ruinas del pazo de Baldomir del interior de una selva vegetal

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