Mónica Lalanda es médico y apasionada del dibujo. Autora del blog Médico a Cuadros y del libro “Con-Ciencia Médica”, un referente de la llamada medicina gráfica, estará hoy en la Domus dentro de la Coruña Gráfica 2019 para charlar de un movimiento del que es considerada pionera.
Para los iniciados, ¿qué es eso de la medicina gráfica?
Es una manera de propiciar un acercamiento a la medicina a través de los cómics, utilizar las ilustraciones como una herramienta de comunicación sobre el mundo sanitario. Hay una cantidad enorme de novelas gráficas escritas por gente que ha sufrido enfermedades y contienen una información y un valor añadido, al margen del placer que puede provocar su lectura, que puede ser muy útil para pacientes y familias.
Afirma que siempre ha ligado su trabajo como médica y su pasión por el dibujo.
Sí. La apreciación social del dibujo ha cambiado mucho, ahora a un médico que dibuja se le aprecia pero antes era considerado infantil y poco serio. Poder combinar las dos cosas es algo que me causa mucha alegría, lo he hecho siempre y me gusta poner el dibujo al servicio de mi profesión. Por ejemplo, para una persona que ha sufrido una urgencia o está en una situación prequirúrgica, quizá le ayuda ver un corazón u otro órgano dibujado para entender lo que va a pasar.
Creo que una vez incluso usó el rollo de papel de la camilla para hablar de anticonceptivos.
(Risas) ¿Cómo sabes eso? Te has documentado bien. Una noche, trabajando en Inglaterra, vino a urgencias una pareja de adolescentes sordomudos que querían informarse sobre la anticoncepción. Yo no sé lenguaje de signos, así que utilicé el papel de la camilla para ir dibujando lo que querían saber. Una imagen vale más que mil palabras, ya sabes.
Una noche en Urgencias pinté en el papel de la camilla para hablarle a una pareja de sordomudos sobre la anticoncepción
La diversión ayuda para afianzar conceptos, ¿no?
Esa es la clave. Algo que te divierte mantiene tu atención. Si a un estudiante de Medicina, además de darle toda la teoría, síntomas y psicopatología de una enfermedad como la de Crohn le das “De tripas y corazón”, entenderá mejor los conceptos. Si tuviéramos un sistema educativo médico que aportara este tipo de materiales aprenderíamos a ponernos en el punto de vista del paciente. Un estudiante de Medicina tiene tanto por estudiar en la facultad que estos libros le ayudarían a afianzar conceptos.
¿Qué cómics recomendaría a alguien que quiera acercarse un poco al concepto de la medicina gráfica?
Es difícil recomendar porque hay tanto material tan bueno... En nuestra página medicinagrafica.com llevamos algo más de un año reseñando obras semanalmente y ya llevamos unas 90. Para empezar mis favoritas serían “Una posibilidad”, de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, que es autobiográfica y habla de una niña que nace con parálisis cerebral; y “¿Podemos hablar de algo más agradable?”, donde Chast Roz habla sobre el final de la vida de sus padres y la vulnerabilidad de la vejez.
Su libro “Con-Ciencia Médica” quiere hacer ver que, a veces, los médicos podrían hacer mejor las cosas.
La inercia con la que funcionamos los médicos es mucha, me viene a la mente la idea de un hámster corriendo en una rueda. Es necesario parar, mirar desde fuera y ver qué hacemos mal y por qué. Es un recordatorio de que el Código Deontológico debería ser algo sencillo, porque la ética es algo que está en cada acto médico y no solo en casos de aborto o eutanasia. También quiero hacer ver a la sociedad que pueden esperar más de los médicos.
¿Qué le parece Coruña Gráfica?
Estoy encantada con la organización y con el tema. Hoy destacaré el trabajo de mis compañeros en Medicina Gráfica, yo coordino pero somos diez personas en el proyecto.