Una de las profesoras de apoyo del colegio Liceo La Paz de A Coruña, en el que falleció en marzo de 2009 un menor de 4 años durante una clase de natación, ha asegurado esta mañana haber visto al niño sólo en el baño sólo "sin chanclas", lo que contradice la versión de los imputados que afirmaron que Diego Novo no se ausentó durante la clase.
En su declaración como testigo durante la vista oral del juicio, la profesora, encargada de llevar al grupo del menor fallecido de la piscina a clase, ha afirmado haber visto al niño en el vestuario femenino mientras sus compañeros estaban finalizando su clase bajo la supervisión del socorrista.
La testigo no recuerda si portaba la burbuja de seguridad, aunque sí que no llevaba puesta las chanclas, por lo que le mandó "de vuelta" a calzarse -habitualmente los alumnos dejaban las chanclas en un mueble cercano a la piscina- dando por supuesto que algún otro monitor estaría en la piscina, como manda el protocolo.
En ese momento, el socorrista, en sustitución de la monitora encargada de la clase del menor que se había ausentado por motivos personales, estaba duchando al grupo aunque en el interior del recinto de la piscina debía encontrarse otra monitora de apoyo.
Ambos imputados, para los que la acusación pide 4 años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave, fueron incapaces de explicar durante su declaración cómo y cuándo volvió a entrar en la piscina el menor.
No obstante, sí afirmaron que durante la clase sólo hubo un niño que pidió ir al baño y éste no era el fallecido, lo que se contradice con lo afirmado por la testigo que lo vio en el vestuario femenino.
Otra de las profesoras que se encontraba con otro grupo en la piscina junto a la clase del grupo de Diego Novo afirmó haber terminado su clase más tarde de la del grupo del menor fallecido y que, al dirigirse a los vestuarios, "no quedaba nadie en el agua".
Esta misma profesora aseguró que días después "alguien" le comentó que el niño podría haber pedido ir al baño.
La monitora habitual del menor, que había perdido recientemente el miedo al agua, ha explicado que Novo "nunca fue al servicio sin permiso" y "no sabía quitarse la burbuja".
Fiscalía y acusación particular han insistido en la falta de vigilancia sobre los menores, agravada esa mañana por la ausencia de una de las monitoras de piscina, cuyas funciones fueron asumidas por el socorrista.
Ante la insistencia de la jueza, la monitora habitual del menor ha reconocido que el grupo de Novo "no tenía monitor" esa mañana ante su ausencia, aunque ha subrayado que el socorrista estaba perfectamente capacitado para vigilar al grupo.
La defensa ha insistido en que la ausencia de una de las monitoras podía ser cubierta por el socorrista sin que se incumpliese el protocolo de seguridad establecido en aquel momento.
Además de la monitora y del socorrista, en el banquillo de los acusados se sientan los dos propietarios del centro escolar, el director técnico, el jefe de estudios y el coordinador de las actividades acuáticas.
La acusación particular pide para todos ellos 4 años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave al entender que se produjo una concatenación de fallos que terminó con la muerte del menor.
La Fiscalía mantiene la petición de 4 años para la monitora y el socorrista, mientras que rebaja a 3 años la pena para el resto de acusados.