El barco “Aquarius” atracó ayer en Malta hacia las 14.00 horas locales (12.00 GMT) y procedió de inmediato al desembarco de los 141 inmigrantes, que fueron socorridos el viernes y que llevaban cinco días esperando en el mar a que algún país europeo les consintiera entrar en sus aguas.
El Gobierno de Malta autorizó el martes al “Aquarius” a que atracara en sus costas y especificó que el país servirá “de base logística” para la recepción de estas personas, que serán repartidas después entre países de Europa. De los 141 inmigrantes socorridos en el mar, hay dos mujeres embarazadas y 73 menores de edad, de ellos dos menores de dos años y 67 no acompañados. Estas personas proceden de distintos países como Bangladesh, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria, Senegal, Egipto, Eritrea, Somalia y Marruecos.
Médicos Sin Fronteras publicó ayer un comunicado en el que celebraba que el Gobierno de Malta hubiera autorizado su desembarco, aunque advertía de que la gestión de la inmigración “es responsabilidad de toda la Unión Europea”. Además, la organización dijo que confía en seguir viendo “más ejemplos concretos de solidaridad europeos en el futuro” y reiteró su preocupación “por la situación actual en el Mediterráneo y el futuro de la acción humanitaria en el mar”.
Además, Italia también se suma a los cinco países que acogerán a los inmigrantes rescatados por el barco, según informó el Gobierno de Malta a través un comunicado oficial.
“Tras el anuncio de una cooperación conjunta entre cinco estados miembros para redistribuir a todos los inmigrantes a bordo del “Aquarius”, el Gobierno italiano se puso en contacto con el Gobierno de Malta para participar en la iniciativa”, dice el comunicado. El resto de países que acogerán a los rescatados son Francia, Alemania, España, Portugal y Luxemburgo, mientras que Malta servirá de base logística.
El Gobierno de Malta reiteró en su comunicado de ayer que permitió al barco atracar en uno de sus puertos, a pesar de que “no tenía la obligación legal de hacerlo”, y celebró que se haya encontrado una solución en el marco de una “solidaridad europea concreta”. Estos 141 inmigrantes serán repartidos entre los seis países europeos junto con otros 60, que fueron rescatados por barcos malteses el lunes.
El Gobierno italiano, que por ahora no se ha pronunciado al respecto, se suma así a esta iniciativa a pesar de que en los últimos días el ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, había asegurado que Italia no acogería a estas personas porque ya lo había hecho en numerosas ocasiones en los últimos años. “¡Pueden irse adonde quieran, pero no a Italia! STOP traficantes de seres humanos y cómplices”, llegó a decir a través de Twitter, reiterando así su idea de que las organizaciones humanitarias fomentan la inmigración irregular desde Libia y hacen el juego a las mafias que la gestionan.
El Aquarius vivió en junio una situación parecida cuando tuvo que dirigirse al puerto español de Valencia (este) con 630 inmigrantes a bordo, después de que los Gobiernos de Italia y Malta se negaran a abrir sus puertos.
En cuanto a España, la Generalitat de Cataluña desconoce por ahora cuántos de los 60 inmigrantes serán finalmente acogidos en Cataluña, porque el Gobierno todavía no lo precisó, si bien se ha ofrecido a asumirlos a todos, aunque advirtió de que en el ámbito de menores sus servicios ya están “sobreocupados”.
Así lo aseguró, en declaraciones a los periodistas, el secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, que pidió además al Gobierno que dé el mismo trato a los 60 inmigrantes del “Aquarius” que serán acogidos por España que el que proporcionó a los del “Open Arms” que llegaron en julio pasado, para que se les dé un permiso de 45 días para tramitar su petición de asilo.
Después de que el Gobierno asegurara el martes que la mayoría de los inmigrantes destinados a España serán acogidos en Cataluña, Amorós afirmó que el Ejecutivo no les indicó cuántos irán a esta comunidad ni cuándo, aunque están preparando un dispositivo de acogida para tenerlo todo a punto en el momento en que lleguen. El responsable de Inmigración de la Generalitat lamentó que el nivel de información es “prácticamente nulo”. l