El proyecto Housing First, que se presentó el año pasado, ya proporciona un hogar a ocho personas repartidas entre siete viviendas que se distribuyen por diferentes de la ciudad. Su objetivo es facilitar un lugar en el que residir a ciudadanos que llevan años viviendo en la calle.
Los primeros usuarios de este programa desarrollado en colaboración con la Fundación RAIS y la Asociación Provivienda llegaron el pasado mes de enero y el año finalizará con ocho, dos de ellos compartiendo una por ser pareja.
Además, existen otras tres personas a las que ya se les ha asignado una vivienda, pero por diferentes motivos personales estos todavía no pueden instalarse en ellas.
Housing First es un método que parte de la filosofía finlandesa de proporcionar a los sintecho un hogar de manera que este sea el primer paso que den hacia unas condiciones de vida más dignas.
Está destinado a personas que llevan más de tres años viviendo en la calle y que sufren problema psicológicos o de adicciones. El Ayuntamiento se encarga del pago del alquiler y de las facturas y aquellos que tienen derecho a una pensión contribuyen y los que no, reciben ayuda para intentar conseguirla.
Seguimiento
Desde Servicios Sociales se hace un seguimiento a los usuarios de estas viviendas aunque con un perfil bajo, sin realizar demasiadas interferencias. Esta área considera que todavía es “pronto” para ver resultados en cuanto a la reintegración en la sociedad de los beneficiarios aunque es un modelo que en otros países europeos o en Estados Unidos y Canadá ha proporcionado resultados satisfactorios.
Una de las dificultades a las que se enfrentan el Gobierno local y las entidades colaboradoras es la de encontrar viviendas en la ciudad que reúnan todos los requisitos para acoger a estas personas. Además, con el fin de evitar que se creen pequeños “guetos”, las siete viviendas que están en uso en la actualidad se encuentran repartidas por la ciudad y no hay dos en la misma zona.
La junta de gobierno local renovó recientemente el convenio con la Asociación Provivienda y la Fundación RAIS para continuar con este proyecto, al que se destinarán este año más de 107.000 euros. A pesar de su renovación, el área de Servicios Sociales estudia el futuro a largo plazo del tratamiento a seguir con los sintecho de la ciudad a la hora de aportarles unas condiciones de vida más dignas.
A finales de octubre se produjo el cierre del centro Abeiro de baja exigencia, que proporcionaba un lugar para pasar a los sintecho por no ajustarse a la normativa. En los próximos meses está previsto abrir un lugar que ocupe el espacio dejado por este centro aunque todavía se está estudiando la mejor opción para ello. Hay 500.000 euros que se financiarán con los fondos Eidus.