La ocupación media de los embalses de la demarcación Galicia-Costa se encuentra al 52,93 por ciento de su capacidad, cuando hace un año era del 72,16, según el boletín hidrológico de Augas de Galicia con fecha 27 de febrero.
Los embalses de abastecimiento están al 71,61 por ciento de su capacidad, frente al 74,29 de la misma fecha del año pasado, mientras que los de uso hidroeléctrico o industrial registran un 51,04 por ciento, cuando hace un año era del 71,94 por ciento.
De las mayores poblaciones, el de Cecebre, que sirve a A Coruña, es el que presenta una ocupación menor, con el 60,28%, mientras que Eiras y Zamáns, de Vigo, están al 81,83 y al 93,39 por ciento; As Forcadas, de Ferrol, al 85,07 por ciento; y Pontillón de Castro, de Pontevedra, al 79 por ciento.
El embalse de Caldas de Reis, que abastece a O Salnés, está al 37,79 por ciento; el de Vilagarcía, al 65,18 por ciento, y los de Baiona y Beche, de Abegondo, al cien por cien en ambos casos.
Hidráulica > Además, la reserva hidráulica de las cuencas de Galicia-Costa y Miño-Sil se encuentran al 51,9 y 51,2 por ciento, respectivamente, de su capacidad, cuando la media española se sitúa en el 62,5 por ciento.
Según informó el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, las mayores variaciones se registraron en la cuenca de Galicia Costa, donde el nivel de agua embalsada descendió 12 hectómetros cúbicos y en la cuenca del Ebro, donde aumentó 59 hectómetros cúbicos.
Sin embargo, una borrasca de agua y nieve que afectará a la mayor parte del país desde finales de semana, podría ser el primer elemento esperanzador después de un prolongado período de sequía, aunque harían falta cuatro o cinco temporales “serios” para revertir la situación.
La borrasca entrará por el noroeste de la península con probables precipitaciones en Galicia, declaró el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ángel Rivera.
“Hay que ser ligeramente optimistas y, aunque no es un temporal definitivo, sí que es muy importante que durante cuatro días una borrasca de este tipo deje precipitaciones de agua y nieve”. Aún así, hay un período de sequía meteorológica, ya que diciembre, enero y febrero destacaron como los meses más secos desde los años 40 del siglo pasado, apuntó Rivera, con una media de precipitaciones de 65 litros por metro cuadrado cuando lo normal son los 200 litros por metro cuadrado.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, reconoció en Lugo que “tenemos una sequía muy dura” y dijo que la ausencia de lluvias eleva “el riesgo de incendios forestales”.
Tras la reunión del patronato del Centro Tecnológico de Alimentación de Lugo, admitió que la situación “es enormemente preocupante” y añadió que “las reservas hídricas no están aún en niveles preocupantes, pero empezamos a tener muchos incendios”.
“Tenemos una sequía muy dura, en algunos territorios espectacularmente intensa. La siembra de otoño y los pastizales también se encuentran en una situación muy preocupante”, advirtió.
En este sentido, defendió que el Gobierno “está analizando esta situación para ver, una vez que tengamos el desarrollo del impacto, las posibilidades que existen para poner en marcha mecanismos de apoyo a un sector que está muy afectado por la sequía”.