Los principales destinatarios del programa de emergencia social son familias cuya situación económica se ha deteriorado por la pérdida de trabajo de alguno de sus miembros. Y, en verdad, el nuevo perfil de demandante de ayudas de Cáritas responde al de una mujer u hombre joven (de entre 20 y 40 años de edad) con cargas familiares. Una “pobreza incipiente” que, según explicó la vicepresidenta de la Fundación Barrié, Pilar Romero, afecta a familias que antes de la crisis tenían un nivel de vida “aceptable” y que ahora no pueden hacer frente al pago de sus hipotecas o del colegio de sus hijos. Otro dato muy significativo es la “feminización de la pobreza”, ya que el 66% de las personas sin recursos son mujeres con o sin hijos. Del global de personas que solicitaron ayudas, el 82% vive con menos de 500 euros al mes.