La calle San Andrés es una de las vías del centro que sigue acusando mucho la crisis que comenzó hace años, aunque con dos caras diferenciadas. Por una parte está la zona humanizada, en la que apenas hay locales comerciales vacíos, mientras que en la zona más cercana a la plaza de Pontevedra la realidad es bastante diferente y unos cuantos bajos esperan su oportunidad.
En contra del resurgir que están viviendo otras vías próximas como la Marina o las que rodean a la calle Real, esta arteria del casco urbano todavía no consigue levantar cabeza. “Es a la que más le cuesta”, reconoce Antonio Amor, presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco.
La circulación de vehículos está permitida en toda la vía, pero hace algunos años se amplió el ancho de las aceras, se colocaron bancos para los peatones y la calzada se pavimentó con adoquines en el tramo que va desde la Iglesia de San Andrés hasta la bifurcación con Cordonería y la Estrecha de San Andrés, una decisión que trajo buenas noticias para esta parte.
“El cambio fue positivo, se notó también en cuanto a volumen de negocio”, apunta Isabel León, de Óptica Alea. Esa idea también gusta a Lidia González, de Maow Design, uno de los últimos negocios que abrió en la zona con dos carriles: “Prefiero que haya tráfico, aunque quizás deberían dejar solo un sentido y anchear las aceras”, explica.
El tramo que va desde la parroquia hasta la plaza de Pontevedra es en el que más locales esperan un futuro mejor, sobre todo en la acera de los números pares. Se mantiene con un carril en cada sentido, aceras más estrechas y pocas plazas de aparcamiento, algo que perjudica a algunos negocios, como La Cocina de Pepa.
“Llevamos un año abiertos y hemos cumplido las expectativas que teníamos. El tráfico rodado es positivo, para el comercio tiene ventajas, pero si se pudiese aparcar, sería más positivo”, apunta Francisco Borreguero, dueño del local de comida para llevar. Desde la asociación comercial se apunta al tráfico como posible causa para explicar el número de locales vacíos o de negocios que no consiguen sobrevivir.
Para acabar con este problema, Amor apuesta por hacer algo similar a la otra mitad de la calle. “Tiene luz y hay que humanizarla, aunque sea con aceras más anchas para que sea más de pasear. Peatonalizarla estaría muy bien, pero es más complicado por el coste que tendría”, dice.
demasiado coche
Uno de los comercios más veteranos de San Andrés es La Casa de las Máquinas, dirigida por Copi Roque. “Está todo más o menos como siempre, pero puede haber un poco más de movimiento”, asegura.
No sabe si el tramo humanizado o el de dos carriles es mejor, aunque tiene claro que la cercanía a la plaza de Pontevedra siempre ha sido beneficiosa y apunta al tráfico negativamente: “La gente tiene mucho vicio de coche y debe acostumbrarse al transporte público, pero espero que no pongan el carril bus”.