Aunque a estas alturas las sensaciones valen para poco y lo importante es sumar hay que quedarse con los últimos 20 minutos del partido del Depor, cuando más peligro llevó a la meta de un Atlético de Madrid que supo dosificar el resultado merced al enorme oficio, amén de la calidad que atesora.
Es cuestión de ‘pasta’. 30 kilos costó Griezmann y decidió el encuentro en la primera parte anotando los dos goles rojiblancos. El Depor salió valiente y valiente acabó. Víctor alineó a los dos delanteros, Toché y Oriol, junto con Lucas Pérez y Cavaleiro, en las bandas. Nada de amilanarse de salida. Sin embargo dos errores en defensa cavaron la fosa del equipo coruñés.
más dificultades
En el minuto 5, Oriol Riera rompía el fuera de juego y habilitaba al delantero francés, que de media chilena batía a Fabricio. Un golazo. Si ya es complicado jugarle al equipo de Simeone imagínense con un 0-1 en contra a los cinco minutos.
El Deportivo estiró líneas, se acercó a la meta de Oblak, pero no fue capaz de disparar a portería. Sí lo hizo el conjunto visitante. En el 21, un saque de banda era mal despejado por Sidnei, la pelota le caía de nuevo a Griezmann y anotaba el 0-2, a bote pronto, imparable para un Fabricio, que, como siempre, fue de lo mejor del equipo deportivista.
Un jarro de agua fría en toda regla. Si el primer tanto hacía mucho daño, este desgarraba al equipo herculino. El Depor encajó mal el golpe y no fue capaz de sobreponerse al rival en toda la primera parte.
El Atlético buscó posesiones largas, a veces parecían rondos, y fue durmiendo el partido sin dejar capacidad de reacción para el equipo blanquiazul. De hecho hasta Simeone parecía relajado viendo jugar tan cómodo a su equipo.
expulsión
Sin embargo las protestas del entrenador argentino por una jugada en las postrimerías del primer acto acabaron con el preparador expulsado. Muy Simeone.
Víctor Sánchez del Amo no esperó e hizo un cambio en el descanso, poniendo en liza a Fariña. Después retiró del campo a Luisinho y dio entrada a Juan Domínguez. Mientras, Simeone dosificaba a los suyos desde las cabinas de radio, retirando a Griezmann y a Arda Turan. Las fuerzas se equilibraron.
Los jugadores blanquiazules entendieron el mensaje y fueron a por la meta rival mientras el cuadro rojiblanco se defendía a codazo limpio. Tras dos remates atléticos en el 51 y batalla absoluta en el medio del campo, Juan Domínguez tuvo una oportunidad en el 66. En el 72 Fabricio salvó el tercero en tres ocasiones ¡seguidas! Una terna de disparos a bocajarro que el ‘gato de Vecindario’ sacó de manera felina y acrobática para erigirse en el mejor de los blanquiazules.
El Depor respiró y se fue al ataque. Llegó el premio del 1-2 anotado por Oriol Riera tras una jugada fantástica de Sidnei por la banda izquierda.
El equipo coruñés siguió soñando con el empate pero no pudo conseguirlo. Lo intentó desde todas las parcelas, bandas, por el centro, pero la losa de los dos goles de la primera parte pesaron durante todo el choque.
El sacrificio o los buenos minutos finales con el partido ya roto y los equipos un tanto deslabazados no sirvió para sumar puntos aunque, al menos, el campeón de Liga no pasó por encima de los coruñeses. No es un consuelo. No hay que buscarlo. Lo que toca es pensar en el Málaga. Nada más.