Todos unidos y a Primera

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19 mayo 2014 Fútbol Liga Segunda División Temporada 2013-2014 Deportivo-Eibar: 1-1

Como en otras jornadas ligueras el deportivismo sonrió a golpe de los goles que los rivales en la lucha por el ascenso fueron encajando. El domingo con los que marcó el Recreativo de Huelva. Como en una paradoja que define esta temporada, a pesar de la derrota, se dio un paso de gigante gracias al traspié de la UD Las Palmas (aunque el Sporting se suma a los canarios en el dúo de escuadras que llegan con opciones, si bien mínimas, de ascender de manera directa).
El caso es que el Depor está a punto de alcanzar el objetivo. Se le pedía que aguantase hasta el final y lo ha hecho. Ha tenido sus méritos, deméritos, aciertos y errores, pero comparece en la última jornada en Riazor con el ascenso muy cerca, a solo un punto de la meta final.
Es totalmente comprensible que los aficionados estuvieran bastante cabreados después del encuentro de Soria, sobre todo los que se desplazaron a la capital castellana. Pero es historia, ya no juega.
Como el propio fútbol o la propia vida, agua pasada no mueve molinos. El deportivismo tiene que sentirse fuerte, desde el primer jugador al último aficionado. Llega la semana previa a un ascenso, no se puede pensar de otra manera, y hay que mirar hacia el futuro, al horizonte.
Aunque suene a maquiavélico, y el propio balompié lo es, en este caso está justificadísimo decir que el fin justifica los medios, más que nunca.
El Depor tiene que ascender ‘sí o sí’. Da igual, llegados a este punto, cómo se consiga el gran objetivo que dará estabilidad, al menos momentánea, al duro momento económico.
Ya habrá tiempo para analizar, uno por uno, a los protagonistas de la temporada. Mientras tanto, y con el ‘cabreo’ de los aficionados olvidado, todo el deportivismo ha de tener claro que el objetivo está al alcance de la esquina, que llega el momento de que el sufrimiento se acabe (ya volverá -probablemente- la temporada que viene) y que lo que toca ahora es vivir una semana previa trabajando bien en Abegondo, en la Plaza de Pontevedra, engalanando la ciudad y preparando las gargantas para una fiesta en la que A Coruña volverá a vibrar con una enorme celebración, la de un nuevo ascenso blanquiazul.
De nada sirve ya darle vueltas al encuentro de Soria. Pasó, se analizó, y afortunadamente no dejó ‘daños colaterales’. Ahora, a ascender, a festejar y a seguir el duro camino que por delante le espera al club. Forza Depor. n

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