El Deportivo se juega muchas cosas esta noche en Córdoba, sobre todo la tranquilidad -en caso de conseguir la victoria- para afrontar quince días de parón liguero que cambian mucho si has ganado o perdido previamente.
La verdad es que en esta previa todo parece pintar realmente mal para el Depor. El equipo está cuestionado en cuanto a su rendimiento. La famosa ‘actitud’ a la que siempre hacen referencia voces autorizadas del deportivismo como exjugadores o veteranos periodistas. También está cuestionado el entrenador, quien está recibiendo numerosas críticas de de parte de varios sectores de la afición. Incluso, después de la derrota ante el Getafe, se apuntó a propio consejo de administración (que tiene todo al día en el club, algo casi imposible hasta la fecha).
Por si fuera poco los precedentes no son nada buenos. De hecho el Depor nunca ha conseguido ganar en Córdoba, donde esta noche ‘pelará’ de frío y adonde acude con numerosas bajas imoportantes.
Como puede observarse, de antemano, al Depor le pinta todo mal. Justo igual que ante el Valencia. Es esa y no otra la lectura positiva que debemos hacer. ha habido, de nuevo, una semana de flagelación y autocrítica. Los jugadores, el entrenador, han explicado dónde están los errores e intentan subsanarlos.
Después del encuentro contra el Espanyol de Barcelona y con el botín de un punto en la mochila se amortiguaron las críticas por el premio conseguido. Tras el Getafe regresaron con toda la dureza y esto debería hacer que la plantilla reacciones ‘ya’.
tensión, no nervios
Decía el presidente del Deportivo, Tino Fernández, en una entrevista concedida a este diario hace unos días que no se puede caer en el nerviosismo. Hay que cambiar ese sentimiento por la tensión ante el reto que se plantea, que no es otro que el mantener la categoría.
Sin embargo es lógico que una parte de la afición esté acongojada. No ya por lo que pueda pasar, sino por lo que ha pasado.
La parroquia deportivista ha vivido dos descensos en los últimos cuatro años. En el primero se aguantó a Lotina hasta el final, en el segundo pasaron tres entrenadores por el equipo (Oltra, Paciencia y Vázquez). A las primeras de cambio han saltado ya deportivistas ‘de toda la vida’ con asiento en Riazor desde hace muchas temporadas pidiendo el cese inmediato del técnico. Es evidente que no es para tanto en estos momentos en los que el Deportivo sólo ha estado en descenso en una de las diez jornadas disputadas. No es menos evidente que ir a hacer el ridículo esta noche en el Nuevo Arcángel precipitaría las cosas, pero puede creer el estimado lector que ni en la plantilla ni en el consejo se apuesta por pifiarla en esta jornada. El mensaje es el de ir a ganar, pero desde el empate, y en esas lides lleva el Depor toda la semana preparándose para la batalla de esta noche ante el Córdoba.
Otro de los datos estadísticos previos a este partido es lo mal que se le da al Depor enfrentarse a Djukic. Una victoria de su Valladolid ante el cuadro coruñés hace dos temporadas acercó a los herculinos a un final de campeonato en el que el descenso se convirtió en la cruda realidad.
Sin embargo esta temporada cinco de los ocho puntos obtenidos por los coruñeses han sido ante exjugadores. Se empató ante el Espanyol de Sergio y el Rayo de Paco y se venció al Valencia de Nuno. La otra victoria es la del Eibar.
Debe ser uno de los pocos aspectos positivos del sino de este encuentro, de su propia idiosincrasia, ya que aunque parezca que no, cada choque o cada envite ante un entrenador tienen su propia historia.
El deportivismo se merece un fin de semana en el que pueda relajarse viendo las batallas de los demás rivales con prismáticos, desde una loma lejana y, eso sí, con la satisfacción de que los suyos ganaron en el primer encuentro de la jornada, el del viernes. Así de felices se la prometían los seguidores coruñeses antes del envite con el Getafe y finalmente en A Coruña se pasó un ‘finde’ viendo al equipo bajar peldaños en la clasificación a medida que iban jugando sus rivales.
Es cierto que toca sufrir en este curso, y la afición ha de estar preparada para ello, pero no lo es menos que hay partidos como el de hoy, ante el colista, un equipo que aún no conoce la victoria, en los que no se puede fallar por muy negras que sean las estadísticas o las ausencias.