Arquitectos sen fronteiras señala “puntos oscuros” en el Plan Especial de Penamoa

El Ideal Gallego-009abel peña  > a coruña
  Los voluntarios de Arquitectos sen fronteiras no son unos extraños en los núcleos chabolistas coruñeses. Hace tiempo que están trabajando en As Rañas y también están presentes en A Pasaxe. Pero no fue hasta hace poco más de un mes cuando subieron al más polémico de los asentamientos chabolistas. Lo hicieron a petición expresa de los afectados por los últimos derribos, que dejaron a varias familias sin hogar.
“Y sin ningún sitio a dónde ir”, puntualizaron desde esta ONG. Los afectados le entregaron una lista de 20 personas que se encontraban en esta situación par que pudieran negociar con el Ayuntamiento.
Sin embargo, a medida que desde Arquitectos sen fronteiras indagaban sobre cuál era la situación de los chabolistas, descubrían cada vez más “puntos oscuros” en el Plan Especial de Penamoa.
“Para empezar, nos consta que todavía no se ha empezado con la segunda fase del plan”, aseguran desde la ONG. Dicha fase debía haber comenzado hace meses y consistía en visitas regulares a los realojados para comprobar que se habían aclimatado a sus nuevos hogares y que estaban integrándose en la sociedad ejerciendo trabajos legales. “Esto no se ha hecho, pero es que ni siquiera se ha dicho dónde está la gente ni en qué condiciones”, apuntan.
La Concejalía de Servicios Sociales, a cuyo frente se encuentra Longueira, se ha escudado siempre en que todo lo que concierne a los chabolistas son datos protegidos por la ley y que, por tanto, no es libre de divulgarlo, pero en Arquitectos sen Fronteiras consideran que no es más que una excusa para no responder a preguntas que pueden resultar incómodas para el gobierno local. Las preguntas están ahí y hay que responderlas: “¿Qué va a pasar con la gente que está todavía en el poblado y que no tiene a donde ir? ¿Qué pasó con la gente que se fue? ¿Dónde están? Si están trabajando ¿Qué tipo de actividad desarrollan”?”.

Cuadriculada > A menos que todas estas cuestiones encuentren respuesta, la ONG mantendrá sus sospechas de que el Plan Especial de Penamoa, y por buenas razones: “Es curioso, no se menciona en él la Tercera Ronda, aunque todo el mundo sabe que esa fue la razón por la que desaparece el poblado. Es más, si se traza una cuadrícula se puede ver que los habitantes de todas las chabolas que se encontraban dentro de su trazado fueron los primeros en recibir ayuda”.
También ponen en entredicho el trabajo de reeducación que se suponía habría recibido los chabolistas antes de ser realojados.  En un principio se habría planeado levantar módulos para que pudieran alojarse allí mientras se derribaban sus chabolas, para después cambiar su función de vivienda por la de aulas “que no cumplieron ningún tipo de misión” y en los que se gastó una gran cantidad de dinero público.
Arquitectos sen fronteiras describe la labor que se desarrolló en dichos módulos como “tres educadoras con unos cuantos niños  y unas mujeres mientras coloreaban pitufos” y aseguran que los mismos pobladores les habían dicho que la única razón de ser los módulos de convivencia era “que tres personas tuvieran puestos de trabajo” pero que no se sabe de ningún tipo de curso o de orientación laboral que tuviera lugar allí, igual que tampoco se sabe el número exacto de chabolistas que se han realojado.
“Nosotros sospechamos que existe una bolsa de familias que están realojados en viviendas de otros familiares”. La base de las sospechas de Arquitectos sen Fronteiras es el oscurantismo del Ayuntamiento: “No tiene que dar nombres ni direcciones, pero es que no dice ‘tenemos tantas personas en A Coruña, tantas en Arteixo y tantas en Culleredo’”.
Como no se sabe cuántas familias están normalizadas y cuántas encontraron un puesto de trabajo,  puesto que no se ha llevado a cabo ninguna evaluación, es muy fácil que suceda lo que demostró la Operación Capetón, que es que dichas familias siguen traficando:  “Lo sentimos mucho por una asociación hermana como es la Fundación del Secretariado Gitano cuando tenga que ir acompañados por la Guardia Civil para echar a la gente de los pisos”.

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