“¡Pues al final era muy fácil, papá!”

“¡Pues al final era muy fácil, papá!”
GRA122 SANTIANGO DE COMPOSTELA, 27/05/2015.- Un grupo de alumnos de tercero de primaria realizan esta mañana en el colegio público Lamas de Abade de Santiago, las pruebas de 3º de Primaria, como indica la Lomce, que se estrenan hoy y ma

Las expresiones de tensión en las caras de los padres cuando dejaban a sus hijos de Tercero de Primaria en el colegio a primera hora de la mañana solo se relajó cuando al recogerlos estos les confirmaron que la polémica reválida “no era para tanto”. “¡Al final era muy fácil, papá!”, fue una de las frases más repetidas en las puertas de los centros.
Antes del veredicto de alivio, los escolares se habían concentrado durante casi dos horas –con un descanso entre pruebas– ante una treintena de preguntas con las que el Ministerio de Educación quiere evaluar sus competencias matemáticas y lingüísticas.
Las cuestiones de geometría se presentaban en forma de plano de un parque en el que los estanques se formaban con cuadrados, la zona de los toboganes era un triángulo y para ir de la cafetería a la arena había que trazar ángulos rectos.
 La comprensión de gráficos llegaba a través de un mural lleno de triángulos, rombos y cuadrados que formaban figuras humanas y la lógica se ponía a prueba con una fiesta de cumpleaños en la que los preparativos y las porciones de tarta eran la excusa para resolver problemas, completar tablas de datos y calcular longitudes.
El cuento de la brujita Gari y una noticia sobre el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio tuvo a los niños con los oídos bien abiertos y la atención al máximo. La actividad servía  para conocer su capacidades en comprensión oral.
Para la comprensión escrita, un clásico adaptado: “Don Quijote de La Mancha” llega a través de Kika Superbruja, que se presenta como una fan del libro.
Con los nervios templados a medida que avanzaba el tiempo, llegó el momento de la expresión escrita. Los alumnos articularon un relato a partir de una secuencia de cuatro viñetas con un helado que se caía al suelo como desencadenante de la acción.
Las caras de satisfacción eran generalizadas en los chavales, que salieron de los colegios contentos con su trabajo y asegurando que la reválida había sido muy sencilla. Lo que no respondían con tanta seguridad es si les había salido bien. La solución a esa pregunta la dará Educación.

“¡Pues al final era muy fácil, papá!”

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