Apesar de que vivió la magia subida al escenario del Metropolitan y de la Scala de Milán, la soprano podría sentir lo mismo en cualquier palco de música si el público está delante porque para ella, todos los días son el último y cantar es un momento de sinceridad. Algo único que no depende de ella sino del que está arriba, asegura. Por eso, prefiere no pensarlo y simplemente vivirlo. Como cuando Verdi hizo de la ópera, una historia de amor y fue pasión en el Mediterráneo.
Supongo que es un placer interpretar las mejores composiciones de Verdi.
Estoy muy contenta de cantar en España porque la ópera es muy espectacular ya que habla con la lengua del corazón y no hay mejor que actuar para un público latino y eso que vengo de Albania pero me siento muy mediterránea. El hecho de utilizar el mismo arma, el mismo idioma que ellos hace que lo sientan más. Creo que la música de Verdi es muy pasional y digna del carácter español. Por eso, quiero cantarla con la misma pasión.
¿Cómo se transmite toda la fuerza de la ópera de Verdi sin escenografía, solo con la voz y la música?
Es cierto que la escena ayuda a la ópera pero la versión en concierto no desmerece porque la música es una historia de amor cuando se trata de Giuseppe Verdi y en un concierto sin más puesta en escena que los músicos y los solistas se tienen que dar las mismas emociones. Tienes que darle un significado a su música y las composiciones de Verdi son muy agradecidas.
¿Cómo hace llegar su mensaje a la butaca?
Debo hacer que el público se lo crea, por eso es necesario que yo me lo crea y hacer partícipes así a los espectadores. Pondré todo mi corazón en el escenario para que ellos lo entiendan.
¿Le gusta interpretar a Verdi?
Sí porque es una música bastante dramática y para mi voz y mi carácter, es perfecta porque la pasión es grande, grande, grande y es como si juntase a Albania con Italia y España. Si unimos todas estas cosas en el concierto, el público disfrutará.
¿Ha actuado alguna vez en la ciudad?
No, es la primera vez pero siento a la gente de aquí con una bellísima energía, me parece muy positiva. La gente sonríe y esto en el teatro ayuda mucho porque el público viene para vivir y sentir fuerte la ópera.
¿Qué tal con los otros dos solistas, el español Josep Bros y el barítono italiano Giovanni Meoni?
Con el tenor español Josep Bros ya había cantado en una ocasión en Alemania y muy bien y el italiano Giovanni Meoni es muy mediterráneo, además de un gran artista y amigo.
¿Qué opinión le merece la Orquesta Sinfónica?
Hoy estuve por primera vez con la Orquesta Sinfónica y con su director y la verdad es que estoy muy entusiasmada porque a pesar de que no todos los músicos son españoles, sí viven en España y, de alguna forma, hacen que todos seamos una piña. Los solistas no van por separado sino que se mezclan con el conjunto y creo que la emoción de la orquesta puede ser sentida por el público.
¿Qué proyectos le quedan por materializar?
No son tantos los proyectos porque aunque puedo decir que he tocado en los mejores teatros del mundo como el Metropolitan de Nueva York o La Scala de Milán, para mi el hecho de cantar es lo más importante y lo hago como si fuera la primera y la última vez. Es como una especie de terapia y trato de dar todas mis emociones y dejar el corazón en el escenario. Solo pido que dios me dé la salud y la voz porque para mi interpretar delante del público es un momento de sinceridad.
¿Cuáles serán sus siguientes paradas después del Festival Mozart?
Cantaré La Traviata en el Arena di Verona y en el Covent Garden y de ahí a otros tantos sitios pero como dice un proverbio israelí, la gente puede hacer tantos planes pero es dios el que ríe y no sabemos lo que sucederá. Vivo cada día como si fuera el último. La vida es breve.
¿Es posible que esa vitalidad que tiene es casi tan importante como la voz para transmitir?
Es totalmente cierto.